Ahora sabemos que el reino del progreso no es de este
mundo: el paraíso que nos prometen está en el futuro, un futuro intocable,
inalcanzable, perpetuo. El progreso ha poblado la historia de las maravillas y
los monstruos de la técnica pero ha deshabitado la vida de los hombres. Nos ha
dada más cosas, no más ser. (Octavio Paz. Posdata)
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Cuando vivía en la década de los noventa en la
ciudad de Nueva York, siempre situé el discurso del expresidente Leonel
Fernández en el ámbito de la ciberpolítica en relación con la República
Dominicana y su inserción en el mundo digital, en la plataforma de la red de
redes ( internet) del ciberespacio,
algunos de esos escritos aparecieron en mi columna “temas ciberespaciales” (1998-2001), del
suplemento cultural del desaparecido periódico El Siglo y en mi libro La
República Dominicana en el ciberespacio dela
Internet. Ensayo filosófico cibercultural y ciberespacial (1998-2007).
Una parte
de las reflexiones que escribí en ese suplemento de Cultura de El Siglo llevan
el sello del discurso ciberpolítico de Fernández sobre la revolución digital y
que se encuentra en mi texto Hackers y filosofía de la ciberpolítica”(2012).
Sin
embargo, en estos días que corren (2016), la temática de la ciberpolítica, como
discurso e historia de la sociedad dominicana, tiene otra agenda y otras
implicaciones, debido a que ese discurso
sobre el cibermundo, la red de redes (internet), el ciberespacio que siempre ha
seducido al expresidente Leonel Fernández, se le ha ido esfumando o mejor dicho se estado quedando
sin ese discurso, porque el presidente Danilo ha comenzado apropiarse de este y
con el propósito de supuestamente implementar un programa de nombre “La República Digital”. Es partiendo de ese visión ciberpolítica, que se
pueden investigar los posibles síntomas de la caída de Leonel Fernández
como el primer ciberpolítico dominicano.
En su
discurso de proclamación para un nuevo período (31 de enero 2016), el
presidente Danilo Medina dijo delante de Leonel Fernández lo que en parte este
llegó a decir cuando fue presidente de
la República: “Comenzaré con el Programa República Digital, una propuesta clave
de nuestra próxima gestión. Se trata de un moderno y osado programa de
inclusión digital, capaz de beneficiar a todos los dominicanos y dominicanas,
sin excepción. Ya somos uno de los paraísos del turismo mundial. A partir de
ahora, queremos ser, también, el país de
las nuevas tecnologías en el Caribe”. (Ver: https://youtu.be/VJLb3xe11XY).
El expresidente Fernández quedó enmudecido y
entristecido cuando escuchaba al candidato-presidente Danilo Medina ese domingo 31 de enero 2016, apropiándose de
lo que otrora fue su discurso ciberpolítico.
Ese día el presidente Medina
habló de internet, de tecnología de la información y comunicación, de
banda ancha; en fin, de una República dominicana digital, en medio de la algarabía y el calor que vivían los militantes peledeistas en el
Palacio de los Deportes Virgilio Travieso Soto, del Centro Olímpico Juan Pablo
Duarte del Distrito Nacional.
Es en este
contexto que ha de analizarse el
discurso digital del presidente Medina como una vez lo hice con el de
Fernández, con la diferencia del bagaje intelectual en materia de cibecultura que tiene este con
relación al presidente Medina. No obstante, el discurso de Medina entra en el
plano de lo ciberpolítico, pero como
discurso de campaña y no como el
discurso del Presidente de la República Dominicana que ha de actuar, de
implementar ese programa digital y no
prometerlo.
Sin
embargo, como candidato-presidente, su estrategia apunta a seducir a la población para que lo elijan de nuevo.
Así vemos cómo tres días después de ese discurso donde le proclamaron para un
nuevo período, entra en escena el Ministro de Educación Carlos Amarante Baret
anunciando que a partir del año escolar 2017-2018 comenzarán a operar los
programas “Un estudiante, una computadora”, y
“Un maestro, una computadora” como parte de la creación de "La
República Digital” y que el presidente Medina va a “explicar en los próximos
días”.
Con este
discurso del Ministro de Educación, se
evidencia que el proceso de la
desarticulación del discurso ciberpolítico del expresidente Fernández es
inevitable en la presente campaña electoral, por lo que será en definitiva la
horca caudina para él, porque esta comenzó a gestarse 19 de abril 2015 cuando
el Comité Político del Partido de la Liberación Dominicana(PLD) aprobó
introducir al Congreso Nacional un proyecto de reforma constitucional para que
el presidente Danilo Medina pudiera optar por un nuevo mandato.
Una semana
después del discurso de Medina, en la provincia de Barahona, el portavoz del
gobierno Roberto Rodríguez Marchena aseguró que la “República Digital” tendrá
un gran impacto socio-económico en los micros y pequeño empresarios del
país y en la familia pobre de “escasos recursos que no se encuentran
insertados en la era de la tecnología y la telecomunicaciones” (7 de febrero de
2016).
Por el
momento, tanto el presidente Medina como sus funcionarios lo que tienen en su
agenda digital es un programa cuyo
rótulo es la “República Digital” y que el presidente pretende desarrollar sobre
una plataforma tecnológica digital de “banda ancha” para incorporar a una
franja de dominicanos pobres en el mundo de la Tecnología de la Información y
Comunicación (TIC), con lo cual se pretende sacarlos de la pobreza.
Pero más
que un programa, hay que situar desde una epistemología digital la construcción de una república digital, ya
que esta no puede estar desarticulada de una teoría cibernética del sujeto, la
sociedad y la cultura, porque no es la simple incorporación de los dominicanos
a dispositivos digitales lo que les hará cambiar de nivel de vida, sacándoles
de la pobreza. Si fuese así, hoy tenemos 5 millones de dominicanos navegando
por las redes del ciberespacio y parte de estos viven en la pobreza; pero
además, los informes apuntan a que
hemos retrocedido o estamos por debajo de la media con relación años
anteriores, en la que teníamos menos dispositivos digitales y menos conexiones
al ciberespacio.
El programa
sobre la “República digital” llegó a
estar en la agenda digital del expresidente Leonel Fernández. Por lo que el
presidente Medina tiene que diferenciarse del expresidente Fernández e incluir
varias estrategias digitales desde el Estado donde se involucren los diversos
actores sociales del país y se discuta la construcción efectiva de una
República Dominicana digital, orientada al cumplimiento de la Ley 139-01 de
Educación Superior, Ciencia y Tecnología y a la entrega del 5% del Presupuesto
anual del país que por ley le corresponde a la Universidad Autónoma de Santo
Domingo (UASD), primada de América. No hacerlo augura un fracaso seguro a esa
república digital, pues cuando se vea la millonada que exige, quedará como una
promesa más de campaña para bobos. Entre otras estrategias para esa República
Digital está lo relacionado con la ciberpolitica, gobierno electrónico,
educación, y cultura en una ciberciudadanía incorporada a las redes sociales
y al diseño de política económica que
fomente la innovación, la creatividad y los valores humanísticos en contenido digitales, con una estrategia
específica hacia a los jóvenes que en viven el ciberespacio engullendo
información sin lograr dosis de conocimiento.
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