Parto de un discurso
epistemológico cibernético en el plano de la complejidad tecnocientífica,
social, cultural y política sobre la que he podido edificar una teoría sobre el
cibermundo como sistema digital que va “del todo a las partes y de las partes al
todo” (Morin).
Por eso, el sujeto cibernético
como actividad social y virtual funciona en redes hiperconectadas al
ciberespacio, este espacio no se puede confundir con el internet, que es la
historia tecnológica digital que nos ha conectado a esa dimensión virtual.
Por lo que este sujeto, no
puede situarse ni analizarse como concepto aislado del cibermundo, porque se
parte de una construcción tecnocientífica, ciber epistemológica y no de
palabrerías o de caprichos, en la que abundan términos que con el tiempo pasan
de moda o de teorías parciales cuyo objetivo es amancebarse con el poder
digital para venderse como simple producto. Es por esto que mi apuesta
discursiva no es digital (simple TICs), sino filosófico-cibernético de segundo
orden, que involucra lo digital como una parte de la cibernética al igual que
la teoría de sistemas, la robótica, la biónica y la información y de otros
componentes sociales y educativos que forman parte del pensamiento de la
complejidad.
En ese aspecto, postulo un
discurso filosófico sistémico que implica al sujeto cibernético como
construcción categorial, lo que implica a la vez, a esa franja de generación
net que se ha convertido en objeto de estudio en el cibermundo. Estos jóvenes
empezaron a “nacer entre 1977 y 1997”, según plantea Don Tapscott (1998 ).
El estudio de Tapscott se
sitúa en la sociedad americana, donde él analiza cómo en diferentes épocas cada
generación ha tenido sus fascinaciones por determinados valores sociales y
tecnológicos. Tal es el caso de la generación de los baby booms (1946-1964),
que surgió de la postguerra mundial y bajo un mundo de imagen de televisión y
de cine, y la generación X, que en Norteamérica se conoce como aquella
generación que nació entre 1965 y 1976 y se desarrolló en un mundo globalizado,
sin referente político e ideológico, fuera de la confrontación entre socialismo
y capitalismo y sobre la articulación de las imágenes de la televisión y del
ciberespacio.
Mientras que la generación de
los baby-boomers ha vivido con creencias de ideas como la democracia, la
honestidad, la moralidad y la expansión económica y política del imperio
norteamericano, los de la generación X vivieron la crisis de las ideologías, en
la desconfianza de derechas o de izquierdas, sus pasiones son de otra índole,
han vivido en el individualismo, despreciando el colectivismo social. Estos
han participado junto a la generación net en la revolución de la
informática, cabalgando por la red de redes ciberespaciales, dispuestos a
jugarse la vida sin grandes proyectos políticos, emprendiendo negocios, metas
individuales, sin esperar nada de los políticos, ni de la religión. (Merejo,
1998)
Sin embargo, la emergencia de
la generación Net provocó en su tiempo una ruptura en cuanto a percepciones y
valores sociales tecnológicos con relación a las generaciones anteriores que se
familiarizaron más con el mundo de las imágenes de la televisión y del cine,
aunque eran más espectadores, no interactuaban con esos medios tecnológicos,
porque la interactividad surge con los multimedia. La generación net es una ola
de juventud que coincide con la revolución digital que ha estado transformando
todas las facetas de nuestra sociedad.
En esa perspectiva Roemer
(2007) dice que la generación Net es una descripción y un nombre, una manera de
capturar un rasgo distintivo: el individualismo y el consumismo que nos invaden
desde el nacimiento y en la que dicha generación ha impreso instrucciones de
mapas de Yahoo.
Hay que puntualizar que el
término net se agota en la franja de ese período (1977-1997), ya que desde
finales de los noventa comienza la expansión del ciberespacio y se puede decir
que, a partir de ahí, surgen los nativos digitales, que no pueden colocarse o
ser sinónimo de los de la generación net, como, como pretende el educador Mack
Prensky (2001) cuando explica en su artículo “Digital Natives, Digital
Inmigrants” que a la generación Net, más bien, hay que nombrarla “nativos
digitales”, ya que por naturaleza hablan el lenguaje que se ha construido en el
cibermundo. Lo que no entraría a formar parte de ese escenario cibernético son
los “inmigrantes digitales”, que tienen que adaptarse al cibermundo y su
lenguaje viene del mundo natural, no digital.
La conceptualización de
Prensky sobre “Nativos Digitales e Inmigrantes” constituye un buen aporte,
pero se encuentra limitado, en cuanto a
que no parte de una visión del sujeto cibernético, articulado al lenguaje y al
discurso del cibermundo, más bien a los dispositivos tecnológicos digitales
como instrumento social, por eso, no comprende que la generación net se
encuentra antes de los nativos digitales, que junto a otras tipologías de
sujetos cibernéticos (hackers, cibereducadores, ciberpolíticos forman parte del
cibermundo, es decir , son constitutivos de este (Merejo 2008, 2010 y 2014).
Aunque es bueno precisar que
esas fechas que marcan a estas generaciones de jóvenes cibernéticos no se
pueden abordar con un discurso determinista, que no comprenda la cibercultura
de estos sujetos y otros tipos de generaciones que con el tiempo serán objeto
de estudio en el cibermundo.
La carencia de una teoría del
lenguaje, del discurso y del sujeto cibernético como parte del sistema
cibermundo, enreda a los sujetos en
discurso de moda: sociedad web, o infosociedad, en la confusión entre el ciberespacio
e internet, como las variantes hackers y tipos de realidades; sin una
compresión filosófica del sujeto y el poder cibernético, la moda y los
conceptos comodines , solo buscan una estrategia de llegar a formar parte del
cibermercado como discurso de verdad y sentido único en cuanto a la tecnología
digital como lenguaje de programación, de productos y no del sujeto cibernético
con lenguaje innato y capacidad de simbolización, y de ser el artífice del
cibermundo.
El
sujeto cibernético inventa los lenguajes de programaciones; produce y reproduce
por medio de los dispositivos digitales sus discursos cibernéticos, enuncia
lo virtual, lo interactivo y
todas sus aventuras ciberespaciales; crea y recrea las redes sociales, vive en
y por intercambio de mensajes electrónicos, fascinado por la búsqueda de
información en los millones y millones de cibersitios o conjunto de páginas web
y en los buscadores más importantes (Google,
Yahoo, Bing, Ask ).
Es
sobre este andamiaje cibercultural que se van construyendo y transformando, los diversos tipos de sujetos cibernéticos: cibertrabajadores,
hackers, cibereducardores, ciberpolíticos o u otras tipologías de cibersujetos
catalogados dentro de las generaciones: net, nativo digital o inmigrante
digital.
Estos
sujetos cibernéticos son los que han ido forjando esa cibercultura de donde brotan
los entramados cibernéticos (redes de computadoras portátiles o no, teléfonos
móviles inteligentes, tabletas, rizoma de sistema aplicaciones virtuales) que
edifican el cibermundo que, junto al mundo, forman un híbrido planetario en
este universo.
Esta
cibercultura es la que le da configuración al cibermundo; esta como tal, es,
parafraseando a Emile Benveniste, el resultado de la facultad de simbolizar del
sujeto; es a través de esta “facultad simbólica” que “el hombre alcanza su
realización suprema en el lenguaje, que es la expresión simbólica por
excelencia; todos los demás sistemas de comunicación, gráficos, de gestos,
visuales” (...) y lo digital, virtual, multimodal, “derivan de aquél y lo
supone”. Sin dejar a un lado, todas las interactividades con todos los contenidos
digitales que van construyendo y reconstruyendo al sujeto cibernético.
Tal
construcción de vida cibernética o cibervida va moldeando el cerebro
(específicamente a los nativos digitales que no conocen una vida predigital)
hasta el punto donde la conectividad e hiperconetividad es como el aire que
respiran.
Sin
embargo, los pioneros digitales, constituidos por un reducido grupo de la generación que luego
inmigró al mundo digital (inmigrante
digitales, antes de la década del 60 del siglo pasado), y la generación X (de
la década de los 60 a los 70), articulada con
la generación net (de la
década de los 70 a los 90 han sido los constructores del cibermundo; los nativos digitales (de los 90 hasta entrar a la decada del 20 del
siglo XXI) viven más en este y apenas han comenzado a ser partícipes de su
reconstrucción.
Sin
embargo los X, los nets y los nativos digitales son los
protagonistas de los acontecimientos significativos que comenzaron a surgir a
mediado de la década del 2010 en el cibermundo, específicamente en cuanto a lo
ciberpolítico: los indignados de España y varios países europeos, del triunfo de
Obama y de Occupy Wall Street, de la
Primavera Árabe; el caso del exagente de
la CIA, Edward Snowden con el espionaje
electrónico y el control de vigilancia virtual de los programas de la Agencia
de Seguridad Nacional (NSA), además de los principales movimientos de
hacktivismos (WikiLeaks, Anonymous),
y de los movimientos latinoamericanos en Brasil con el movimiento social “Somos las redes sociales” o en México con el
movimiento de Wiki política.
Es
bueno precisar que a los nets también
se les conoce como Generación Y o Generación
de los 'Millennials' Milenial o Milenio). Me sitúo en la net y por la descripción del mismo concepto que forma parte del
mundo digital, net es la abreviatura de network,
que significa red, entrando en la red
de redes (internet).
Esta
generación es el punto de partida para dejar la terminología predigital
(Generación Milenio X, Z o las demás
letras del abecedario que faltan). Después de los nets, podemos hablar de
los “nativos digitales” de Prensky, a los que también se les define como Generación
Z, siguiendo el orden lineal del
abecedario, x, y, z.., que es una manera de colocarse en lo predigital, en el
mundo, y no en la propia edificación de lo digital del cibermundo. Hay que ir
comprendiendo que tal como establece la cibernética de segundo orden, el propio
observador entra a formar parte de la observación, él forma parte del sistema
que define y construye.