La
magia de un buen escritor, su encanto, revive en cualquier escenario. Juan
Rulfo, en El llano en llamas, escribe
de manera magistral el cuento “La noche que le dejaron solo”, porque solo bastó
la oscuridad para perderse y en La
crónica de una muerte anunciada se adivinaba lo que iba a ocurrirle a
Leonel Fernández aquella noche del lunes 25 de mayo del año en curso.
En su
discurso de aquel día intentó de dar ánimo y firmeza a sus secuaces. Cualquiera
de los caminos presagiaba la muerte. La muerte esperaba a los leonelistas. La
horca les esperaba, pero no la que narra Rulfo en el cuento de marra, ya que no
las prefirieron, sino la horcas caudinas, o sea, el despojo total al tener que
tragarse sus palabras, sus gestos, en donde su líder mordió el polvo de la
derrota.
Un día
después de ese discurso, su amada esposa, Margarita Cedeño, dijo que esperaba
que la estrella de Belén iluminara a Medina y Leonel, y Rafael Núñez, vocero de
Leonel Fernández, llegó a twittear lo siguiente:
“Hay que buscar una salida a la crisis del PLD por el bien del país”. En las
redes se podían estudiar los discursos de los leonelistas y en vez de sentirse
animados y con firmeza, como lo esperaba su líder, pensaron también que lo
esperaba la muerte, el suicidio, por eso
vieron que a partir de esa noche del 25 de mayo
había dos tipos de horca; la primera,
la de la oposición, y la segunda, la del danilismo.
La
Ciberpolítica implica despliegue de estrategia en las redes del ciberespacio,
de recursos interactivos, de utilización
de los microblogguin, como el
twitter, cuando se enfrentan las ideas
políticas. Todo está ahí, en el ciberespacio, es un archivo virtual, para
recrear un pasado. De ahí que en la
pugna entre Danilo y Leonel, este último tuviera que tragarse su discurso del
lunes 25 de mayo de 2015 en contra de Danilo, el quien calificó, alusivamente,
como un hombre sin “decoro”, de
“Trujillo del siglo XXI”, y contra el
proyecto de reforma constitucional de los danilista. Al respecto, Leonel dijo
en ese discurso: “En nuestro humilde criterio, el proyecto de reforma que se ha depositado en
el Senado de la República, no ofrece, por sí solo, suficientes garantías ni seguridad jurídica en el sentido de que la
reforma que se quiere hacer en la actualidad, no volverá a repetirse en el futuro”.
Al parecer, su discurso dejaba entender
que hasta ese momento no había acuerdo entre el leonelismo y el danilismo y
apuntaba dicha pieza oratoria a una estrategia de aumentar el precio, la
cotización de la negociación, pero el danilismo
puso a Leonel y sus seguidores a elegir entre las horcas de la oposición
o las horcas caudinas del Comité Político. En política, los acuerdo es lo de
menos, cuando se está en el poder, y el
futuro no existe, sino la pragmática. Por eso las bases del PLD no cuentan, sino
para ser pisoteadas y seguir corriendo y son espectadoras de un escenario
virtual, puesto que sus dirigentes no las toman en cuenta, excepto cuando están
el poder del Estado, cuando el líder de turno les hace creer que las toman en
cuenta.
Luego
de su discurso del lunes 25, en la
mañana del día siguiente, Leonel Fernández recibió a sus senadores y diputados,
los cuales le hicieron mueca de firmeza, para luego en unas cuantas horas más
tarde comenzar a abandonar el barco que se estaba hundiendo. El primero en
justificarse fue el exprepresidente de la Cámara de Diputados Julio Cesar
Valentín, quien dijo: “Asumo esta posición no por el presidente Danilo Medina,
no por el presidente Leonel Fernández, ni por la modificación misma de la
Constitución, lo hago por mi sagrado deber de militante disciplinado que en
todo momento he sabido obedecer sus directrices fundamentales” (El Caribe./26/05/2015). Luego, Rafael
Núñez, vocero de Leonel Fernández , escribió en su cuenta de twitter lo siguiente: “Cuanta
falta de decoro, de entereza y de carácter en legisladores que hace dos horas
dijeron a LF que se oponían al proyecto reeleccionista”. En las votaciones de
ese martes, en el Senado, a Leonel le quedaron 10 senadores de 16, que seguían
“firmes” contra la reforma a la Constitución; pero con la derrota de los leonelistas
ese día en el Senado, 21 a 10, les entró la desesperación a esos 10, ya les
estaban bajando los bonos para la negociación y la expulsión era inminente si
seguían desobedeciendo la resolución del 19 de abril, emitida por el Comité Político, en la cual se pedía a
Danilo una vez más por “necesidad”.
De ahí
que para el jueves 28 en la mañana, las tropas leonelistas estaban diezmadas
por parte de los danilistas, los cuales,
les comenzaron a pasar las horcas
caudinas, de tal forma que Leonel selló
no la unidad, sino su reverencia y obediencia a Danilo Medina.
Por eso
esa “guerra hasta la muerte” era una metáfora, en donde siempre pierden los soldados. Todo el que
pensaba que Leonel iba librar una
guerra hasta morir en contra de Danilo,
no pensaron que en la noche en que le dejaron solo, el sabía, que preferiría elegir las horcas caudinas que la
horca de la oposición. La primera le garantizaba vivir despojado de su
condición de líder ciberpolítico y mantenerse como un político tradicional, o
sea, como un boxeador noqueado.
En
el mundo digital en que viven los
dominicanos, Leonel Fernández vivirá
enredado en las redes de escándalos de corrupción e impunidad y atrapado en las
redes de unos nativos digitales que vivirán ridiculizándole en memes políticos, dando por sentado su
caída.
Aunque seguirá como político, con
cierta base clientelar y muchos analistas inmigrantes digitales, que no
entienden ese mundo de los nativos digitales
y seguirán pensando conforme a la lógica de una historia tradicional de
la política, en que así como Joaquín Balaguer retomó el poder, Leonel
sería una reserva, sin entender que en estos tiempos hay que darse cuenta de que
la política y la historia no se pueden escribir sin ese mundo digital.