Ciberpolítica: el poder de PODEMOS
La ciberpolítica
se edifica en una nueva forma del sujeto
hacer política, en este caso, el sujeto cibernético con conciencia
ciudadana, el cual interactúa en redes
sociales y se ha ido reinventando en el ciberespacio.
En estos tiempos,
el pensar la política entra en
una modalidad virtual en donde la militancia se ha transformado en
activista multifocal, de compleja relación entre el espacio y el ciberespacio.
Esto ha dado como resultado que la ciberpolítica entre
necesariamente en unas relación dialógica, plural y abierta, que se expresa en diversos escenarios de las
redes sociales, diferente a la política tradicional, en donde el liderazgo se
coloca por encima de las “masas”, negando
la gente de carne y hueso, que son lo que están incidiendo en las redes
y a los cuales no se les puede callar,
ya que también tienen algo que decir.
La entrada en escena de la ciberpolítica ha implicado
una repolitización y redefinición de los espacios sociales y virtuales, ya que los movimientos emergentes que luchan
por la dignidad, la confianza y la libertad, redefinen el sentido de la
democracia y la justicia social. Esto ha sido posible en la medida en que los partidos tradicionales van sufriendo un descalabro en sus formas de
hacer política y en el manejo de su estructura organizativa.
Los que más van teniendo incidencia en esta nueva
manera de hacer política en cuanto a participación en los espacios virtuales y
reales son los movimientos sociales. Estos se mueven en escenarios dialógicos e
interactivos, junto con una política de hacktivismo, tienen como estrategia
reformar el conjunto de las
instituciones públicas que se
encuentran al servicio de grupos elites
de políticos y de intereses
privados y reorientarla hacia la ciudadanía, que es en donde descansan estas instituciones.
Estos movimientos apuntan a la democratización de la
democracia, y a la lucha contra todo orden autoritario de derecha e izquierda.
Es sobre esa visión política de nuevo tiempo articulada
al mundo ciberespacial que se ha estructurado el movimiento político
PODEMOS en España. Su estrategia ha sido convertir la indignación en cambio político
en ese país. Su punto de partida se
remonta al movimiento de los indignados
del 15 mayo 2011 (15-M) .Con apenas un mes de haberse fundado (en enero
2014) consiguió 50 mil firma en 24 horas y
a los tres meses una representación de cinco eurodiputados en las elecciones al parlamento europeo, las cuales se
celebraron en España el 14 mayo de ese
año. Dos días después de dicho triunfo, se convirtió en el partido político
español con más seguidores en las redes del ciberespacio, contando en twitter, con más de 190.000 y en Facebook,
con 375.000.
Dicho partido
es dirigido por el joven ciberpolítico
net, Pablo Iglesias, quien el 20 de diciembre 2015, participó como
candidato a la presidencia por PODEMOS y
obtuvo 69 escaños frente al Partido
Popular (123 escaños), al Partido Socialista Obrero Español (PSOE, 90 escaños).
De esa forma Podemos se convierte en la tercera fuerza, sin haber cumplido los
dos años de existencia. Sus votantes ascendieron a más de cinco millones y
además ha sobrepasado mucho a poco a los
partidos tradicionales.
Como proyecto político digital, no analógico, se encuentra en permanente construcción, cuenta con más de un millón de sujetos
registrados en Facebook y más de 860 mil
seguidores en twitter, convirtiéndose el partido más influyente en Europa en el ámbito del
cibermundo.
Su equipo de redes sociales en campaña electoral proviene
de los nativos digitales, que son jóvenes con una edad media entre 25 y 30 años. Dichos jóvenes son la base de sustentación de
PODEMOS, superando al PSOE en afiliados y en los permanentes debates que
realizan en asamblea virtual. De ahí, que se sustenten en una democracia
dialógica, participativa, en la que el signo por excelencia es el derecho a
decidir políticas razonables. Por eso
las decisiones se consultan de forma abierta, en cualquier programa o propuesta
política, en donde todo sujeto tiene
derecho a participar. Los ciudadanos no tienen que ser afiliados a PODEMOS, lo
que sí tienen es que entrar a su web en el ciberespacio para emitir el voto.
Y es que en la ciberpolítica no cuentan las reuniones
de los comités de base, de la casa nacional del partido, son las redes sociales
y los medios digitales los que hacen y deshacen las agendas, los encuentros y
desencuentros en las actividades políticas.
Es de ahí que el poder de PODEMOS tenga fuerza, porque
se construye como partido post
analógico, enclavado en el cibermundo y ha resquebrajado el bipartidismo español que hegemonizaban el
Partido Popular (PP) y el Partido Socialista Obrero Español (PSOE).
Ese poder de PODEMOS en España, como bien puntualiza
Pablo Iglesias, tiene que luchar por: “Blindar constitucionalmente los derechos
sociales (…) y acabar con los recortes, asumir la democracia como vía más
eficaz de resolver la crisis territorial facilitando la viabilidad de un país
unido en su diversidad (…) y asegurar la independencia judicial”. Estos puntos
según Iglesias “no son líneas rojas para una negociación sino las bases mínimas
de un compromiso histórico para la nueva etapa que comienza”. (Ver artículo: http://www.huffingtonpost.es/pablo-iglesias/pablo-iglesias-presidente-independiente_b_8867064.html.23/12/2015).