miércoles, 11 de abril de 2012

El intelectual del siglo XXI





Para poder convertirnos en una sociedad del siglo XXI hay que transformar ese círculo estrecho en que se mueve el mundo computarizado y ciberespacial, que solo produce placer y consumo a los sectores de clase media y alta de la sociedad. Dicho sectores están en parte sintonizados con las corrientes modernas de la cibernética.
La búsqueda y la lucha por la modernización debe ser el norte de los intelectuales de estos tiempos, por eso hay que transformar nuestras ideas, criticar nuestras relaciones autoritarias con los demás, tratar de modernizarnos, de colocarnos en lo social no con pose de intelectuales medioevo. Los intelectuales no son dioses  sino sujetos que participan en diferente instancia del poder (Estatal, empresarial, universitario y cultural) y desde esas instancias sostienen unas relaciones sociales que dependiendo de cómo sean pueden contribuir al desarrollo de la nación dominicana al siglo XXI.
Asumo la teoría Gramsciana de que todo sujeto es intelectual y mantiene una relación con el poder, en esa relación define su estrategia y su accionar práctico.

Nos podemos dejar que el poder no lleve a una situación de marginalidad absoluta, tal como lo abordó Michel Foucaul. Nada de eso, hay que trabajar en la crítica al poder, pero en la medida en que nuestro trabajo se materialice. Con esto no pretendo establecer un sentido único de cómo debe ser la relación del intelectual y el poder. Cada sujeto, lanza su estrategia y su discurso es una apuesta.
 Nuestra sociedad dominicana está entrampada en las precariedades de los servicios, somos miles de internautas a media, ya que el servicio de electricidad es a media, apenas funcionas unas cuantas horas, cantamos en la ducha con un jarrito. Vivimos en la premodernidad y la modernidad, por eso debemos trabajar por la consolidación y la ampliación de los espacios democráticos, no podemos quedarnos en lo ya establecidos, la democracia de hoy no puede dejar de un lado el mundo de la cibernética, también nuestra época tiene síntoma de redes sociales y signos de rotación complejo.
Suplemento cultural del periódico El Siglo. 26/8/2000