El
poder político del mundo digital o cibermundo se ha estado estremeciendo por
los sucesos emergentes que han
ocasionado las redes sociales virtuales. En el
cibermundo se ha estado construyendo un orden de control virtual que ha
ido produciendo resistencias por diversos movimientos sociales, que se
despliegan en redes sociales en el ciberespacio.
Esa es
la razón del desprecio de los políticos a tales rizomas de empoderamiento
social por parte de los sujetos cibernéticos, quienes van configurando nombres
políticos en el planeta. Ejemplos de este empoderamiento son los siguientes
casos: Euclides Gutiérrez, cuando se oponía a pagar la factura eléctrica, Félix
Bautista, con la denuncia en su contra sobre actos de corrupción, en Turquía el
primer Ministro, TayyipErdogan, contra
el derecho a la libertad y la democracia, en Egipto, el ex presidente Mohamed
Morsi, réplica de Mubarak, en cuanto a aplastar la disidencia y todo lo que
emana de la redes sociales y sus implicaciones en el ciberespacio, en Brasil
con el empoderamiento de los ciudadanos
y específicamente de los nativos digitales, que se unificaron bajo la consigna:
“Somos las redes sociales. Estos sujetos cibernéticos han entrado en una fase
de reconocimiento de sus poderes para el ejercicio de los derechos a una vida
digna, libre, autónoma y democrática.
Tales acontecimientos le produjeron miedo a una parte de los miembros de la
cúpula del partido oficial y una baja en
la popularidad de la presidenta DilmaRousseff.
Pero
el miedo que las redes sociales le han
estado causando a la clase política se
expande por todo el cibermundo y va desde el Medio Oriente, Norteamérica, Latinoamérica y Occidente hasta Asia. Si algo se les ha salido de las manos a
los líderes que orquestaron el mundo digital como interconectividad comercial y
política digital tecnológica de consumo, han sido los contrapoderes que han
estado brotando de las redes sociales, del hackeactivismo, Wikileaks y todas
las estrategias de ciberguerra y los sujetos cibernéticos de dimensión ética
como JulianAssange y EdwuardSnowden.
Estos
sucesos sociales y de dimensiones ciberpolítica
han estado generando una reorganización en el cibermundo sobre el
control de lo virtual y el espionaje. Sin embargo, todo poder, y en este caso
el digital, producen contrapoderes. Estos espacios de contrapoderes se han
estado dando en el ciberespacio. No solo nos vigilan los poderosos, también les
estamos vigilando, gracias a las redes sociales. De ahí el miedo político. De
ahí, adiós al discurso del fin de la historia que fue la encarnación de la
sociedad liberal, consumista y de la mentalidad
totalitaria de buhoneros.