lunes, 13 de mayo de 2013

Desbrozando en el tiempo




Desbrozando camino, despejando miradas entre los escombros de tiempo convulso, trato de vivir con rostros que me eleven  mi potencia, que no degraden el encanto de la felicidad, condición humana que persevera en el cuerpo, en la vida, mientras vida tenga.
Emigración, emigrante he vivido  escindido en el pensamiento, cultivo más allá de la orilla, de la marginalidad, un pensamiento que ha de seguir creciendo en una dominicanidad que tiene parte de su ser, en los rinconcitos de Estados Unidos, España, Puerto Rico, entre otros.
Trascender la marginalidad de esos rinconcitos, es titánica, pero si no se logra, se puede vivir sin el resentimiento de lo que no te ha ofrecido la patria, esa que se desmigaja en la politiquería del clientelismo y corporativismo de partidos.
Ética del sujeto, que cuestiona, se cuestiona y piensa que todo lo que interfiere en su alma, que obnubila su proyecto, tiene que ser apartado, madurez de la vida, comprensión del tiempo,  honestidad en el decir y hacer, no hay remedio, todo está consumado en el tiempo de la reflexión, de lo virtual y lo real, de lo encuentro y desencuentro en las redes, en este ciberespacio que hoy mueve mi espacio, que penetra mi alma en los recuerdos y en lo que no pudo ser. 
No hay enredos, entramados que me aprisionen en  el camino en el que voy cabalgando con meditaciones e ideas reconstruidas en el tiempo, no busco camino, soy caminante con su propio camino, que voy paralelo con caminos caminados por otros.
Andando en el camino, ejerciendo la creatividad, del despliegue del pensamiento, en elegía a los finalismos, a la última meta, cárcel del presente, ausencia del aquí y el ahora. Preparado para seguir siendo, dejando a mitad del camino las almas errantes que se atormentan en lo cotidiano por las obras de los otros, sin saber qué hacer con su  propia vida en un mundo  y cibermundo cambiante, fluido como el río heracliteano.