A: Diógenes Céspedes, Ramonina Brea, Andrés L. Mateo y
Manuel Matos Moquete
En plena era del cibermundo, los dominicanos no
podemos vivir enmudecidos ante la exhibición
de fortunas que hacen políticos, narcotraficantes y funcionarios, lo que recuerda la forma más
burda de acumulación del capitalismo del siglo XVII: redes de mafias, de
mercaderes que succionan al precariado dominicano de este
siglo XXI. Lo terrible de todo es que se
creen que somos idiotas, oligofrénicos.
Nuestra nación
vive en un panorama sombrío, nublado por redes de mafias corruptas. En
fin, todo es gris, lo terrible es que no encuentro otra definición para
denominar los días que corren en la
República Dominicana.
La concepción de zonas grises fue
trabajada por Alan Minc en su texto La nueva
Edad Media y el gran vacío ideológico (1995) y las definió como los
espacios y micro espacios sociales donde los actos delictivos, la corrupción, el
narcotráfico y la fuerza son las leyes por excelencia en nuestro mundo de hoy
Desde
el ciberespacio, entre redes sociales y los memes políticos que ridiculizan los
corruptos, la virtualidad se agita, se sacude, sin que todavía se sienta en la realidad. Hay que articular ese espacio de indignación
virtual con lo real, hacerle entender a esa elite corrompida, que los
dominicanos no somos oligofrénicos.
Nuestras zonas
grises hinchadas de narcotráfico, de mafias
políticas y delincuentes, están asfixiando a la sociedad dominicana
hasta el punto que vivimos con la sospecha de lo real, nadie está seguro
excepto los artífices de esas zonas grises, que se muestran como sujetos grises, capaces de extirpar a todo
el que tenga un poco de conciencia ciudadana y que sospechan no son
oligofrénicos.
Todos estos es un girar, una vuelta y revuelta de
palabras. Muchas veces he reconfigurado esta ideas en decenas de
escritos sobre zonas grises publicados en periódicos y otros medios. Han
pasado dos décadas desde que reflexioné
en Nueva York sobre las zonas
grises dominicanas, pero de ayer a hoy, estas se han expandido con menos
intensidad que la expansión del Universo, aunque al parecer este último se contraerá
primero que estas. A menos que les hagamos entender a un sector de la elite dominicanas de
mafiosos y corruptos que no somos oligofrénicos.