Adiós a los vientos Leonel
Fernández
(…) Nada
soy yo,
Cuerpo
que flota, luz, oleaje;
todo
es del viento y el viento es aire siempre de viaje
(Viento, Octavio Paz)
Si algo caracteriza
el cibermundo son los acontecimientos virtuales que se reproducen como
resultado de las relaciones de fuerzas que se dan entre los cuerpos reales.
Estos cuerpos (sujetos sociales) van escribiendo desde el mundo su modo de actuar
en ese cibermundo.
De ahí, que lo que
se ha escrito en el ciberespacio, se
recupera en un instante, entre la recreación y las memorias sin olvido de esos
entornos virtuales, a diferencia de los
entornos reales en donde el viento no tiene memoria.
A si vemos como desde
2013-2014, dentro del Partido de la Liberación Dominicana, Leonel Fernández,
navegaba con viento fuerte. Sin importar los escándalos de corrupción en que
sus funcionarios se veían envueltos, todo le iba bien en su barco, como viento en popa en cuanto a su candidatura. Su
estrategia política giraba como si fuese
el “dios del viento” de la mitología griega, “Eolo”, al cual Zeus le otorgó el
poder de crear y controlar los vientos.
Aunque en la ciberpolítica, a Leonel le estaba preocupando que su estrategia no
funcionaba y que en el plano del
ciberespacio, en ese espacio de las
redes sociales, no había forma de controlar
a unos nativos digitales, que en su propia cuenta de Facebook o de twitter, le ridiculizaban, le hacían llegar memes y videos políticos, sobre esos vientos y los nubarrones de su
gobierno cargado de mega corrupción.
Pero aun sin
importarle ese decaimiento en lo ciberpolítico, el expresidente Fernández, con inspiración
balaguerista y vinchista en el plano de la política tradicional, comenzó a
producir vientos. De ahí que a principio
de marzo de 2014, en los salones de la
gobernación civil de San Cristóbal, en un recibimiento de sus secuaces, dijera:
“Bueno, yo siento con este cálido recibimiento, que ustedes nos brindan en el
día de hoy, parece que quieren indicarme
que los vientos soplan rápidamente”, (El
Día./3/2014). Desde ese instante las palabras de Leonel se trasformaron por arte de magia en vientos de Palacio.
Ya situado,
como el viento mismo, los periodistas le preguntaron en Funglode, que si aceptaría ser candidato
presidencial del PLD en el 2016, a lo
que respondió con una canción Julio Iglesias que dice “amigo aprovecha el viento mientras sopla a
tu favor”, (El Caribe, 27/04/2014). Sus danzas como dios del viento eran tan
fuertes que unos 60 diputados le pidieron su postulación y respondió que
también en la Cámara de Diputados los vientos estaban soplando.
Para Leonel
Fernández no había duda, ya, el “vuelve y vuelve” circulaba por todo el país,
sus militantes formaban parte del movimiento de masas que producía ese aire. Era tan así que Margarita Cedeño, cuando le preguntaron los
periodistas que si los vientos soplan a favor de una candidatura presidencial
de su esposo, a lo que respondió muy
alegre: “Ya él dijo que va a esperar que los vientos soplen y, como ustedes
pueden ver, se nos mueve el pelo”. En ese momento en que su pelo se movía, ella
estaba acompañada del director general de Ética e Integridad Gubernamental,
Marino Vinicio Castillo, el cual solo sentía en su corazón eso vientos, porque
en su cabeza no tiene ni un pelo.
A partir de
esos acontecimientos, ya para nadie era un secreto que Leonel Fernández pensaba que era el dios del viento de la mitología griega. Por
lo que, en cada lugar de la República Dominicana, en donde él llegaba, soplaban
esos vientos. Veamos un poco más destallado en ese años (2014) cómo estaban
estos soplando: en Barahona, en el mes
de julio, con las consignas de “ruge el
león” y “siguen soplando los vientos”, Leonel Fernández agotó una agenda
política en donde afirmó que en la perla del Sur los vientos soplaban a su
favor. En agosto, en Santiago enfatizo que “los vientos soplan muy fuerte” al
referirse a sus aspiraciones a retornar a la presidencia, en una visita
sorpresa que realizó a esa ciudad. En septiembre de 2014, expresó en San
Francisco de Macorís que “los vientos estaban soplando, a favor de su
postulación a la presidencia en el 2016, con tal intensidad”, que era seguro
que lo “llevarían a subir las escalinatas del Palacio Nacional por cuarta
ocasión”. Entrando el año 2015, en una
visita a la provincia María Trinidad Sánchez, en donde compartió con sus
seguidores en el municipio cabecera,
Nagua, Leonel Fernández expresó:
“¡Gracias Nagua por el inmenso respaldo!…. Y como dice el poeta, “vientos del pueblo
me arrastran, vientos del pueblo me llevan”. (acento.com.do de marzo de 2015).
Como se puede
apreciar, Leonel Fernández como dios del viento estaba soplando desde el
Este, Norte, Sur, Oeste, en cada rincón del país, por eso decía que los vientos
le llevan, le traen y le arrastran a subir las escalinatas del Palacio Nacional
en el 2016.
Sin embargo,
esa euforia de ser el dios Eolo, se le fue convirtiendo en movimiento de masa
caliente, al darse cuenta , el 19 de
abril de 2015, que en el Olimpo (Comité Político del PLD), reinaba el dios de todos los dioses, llamado, Zeus (el
presidente Danilo), y el cual le había dado el poder a Eolo (Leonel) para que
soplara ese viento, y que como “dios supremo” tenía la capacidad de aplacarlo, porque él como dios del viento,
era simple taimado de su poder en el
Olimpo.
Es a partir
de ahí que, Leonel, fue dándose cuenta
de que había otros dioses de los vientos
que obedecían a Zeus como era el caso de Bóreas (Temístocles Montás) dios del
viento del Norte, así como Céfiro (Francisco Javier), dios del viento del Oeste, Euro (Radhamés
Segura) dios del viento del Este, y
Noto (Reinaldo Pared) dios del viento del Sur. Es en ese encuentro cuando
Leonel se da cuenta de que los demás dioses de los vientos nunca desafiaron
al dios Zeus, quienes tenían bien claro
que ese era el dios de los dioses que gobierna en el Olimpo.
Leonel como
dios del viento, pensó que Danilo no se iba inmiscuir en el juego del poder, y
no entendió que el poder está en todas partes, y que la desmesura de ese poder
se manifiesta en intensidad, cuando la condición y creatividad humana se creen dioses.
Es por eso, que
se puede apreciar, cómo los principales
dioses de los vientos del Olimpo (Comité Político), dirigido por el líder de
los dioses Zeus (Danilo), se han estado
divirtiendo con el dios del viento (Leonel), el cual en algún momento, llegó a
convertirse en amenaza de huracán,
tifón, o un ciclón en cualquiera de sus categorías. Así
pudimos observar cómo en la proclamación
de Danilo Medina, el domingo 31 de enero 2016, como candidato a un nuevo
periodo presidencial, el dios del viento
Leonel Fernández se había convertido en una brisa suave y tranquila, que hacía
reír al Presidente Medina, en medio de
la algarabía y el calor que se vivía en el Palacio de los Deportes Virgilio
Travieso Soto, del Centro Olímpico Juan Pablo Duarte.
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