Que nadie,
mientras sea joven, se muestre remiso en filosofar, ni al llegar a viejo, de
filosofar se canse. Porque, para alcanzar la salud del alma, nunca se es ni
demasiado viejo ni demasiado joven (…); uno, para que, aun envejeciendo, pueda
mantenerse joven en su felicidad gracias a los recuerdos del pasado; el otro,
para que pueda ser joven y viejo a la vez mostrando serenidad frente al
porvenir. (Epicuro,
Carta a Meneceo).
A: Nicanor Ursua Lezaun, director del Máster al doctorado
en “Filosofía en un mundo global” (Universidad del País, Vasco).
Hoy
la escuela de Filosofía de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD),
exhibe tres obras que fueron galardonadas con en el Premio Nacional de Ensayo “Pedro
Henríquez Ureña” (Mención Ensayo Científico) que otorga el Ministerio de Cultura
de la República Dominicana.
La primera, fue de mi autoría: La era del cibermundo, y se le otorgó el
galardón en 2013; la segunda la obtuvo el doctor Leonardo Díaz en 2014, con el
libro Las tensiones de Thomas Kuhn: Una perspectiva
crítica para los estudios sociales y culturales de la ciencia; y, la tercera se le otorgó al doctor Domingo de los
Santos en 2015 por su libro El sujeto
pasional: pasión, razón y límite en Eugenio Trías.
Estos
ensayos fueron parte de las investigaciones que presentamos en el programa doctoral
“Filosofía en un Mundo Global” de la Universidad del País Vasco. El programa ha funcionado en nuestra universidad
por más de una década y para su funcionamiento hay que reconocer el esfuerzo
del Maestro Frank Acosta, actual director de Postgrado de la Facultad de
Humanidades, así como al pasado decano doctor Rafael Morla y al actual decano
de dicha Facultad, Maestro Ramón Rodríguez Espinal; sin dejar de mencionar al
Maestro Alexis Viloria, quien al inicio de este programa fungía como director de Postgrado de la
Facultad y a su primer coordinador doctor César Cuello.
Hasta
el momento, en dichos programas nos hemos investidos 10 doctores provenientes
de las cohortes en que se ha impartido el doctorado. En su mayoría, los
graduados son profesores de Filosofía de la UASD. Este doctorado deja su
impronta en el sujeto que lo emprende, porque lo va definiendo en la línea de investigación
que se despeja al culminar la primera etapa, la obtención del título de Máster
en “Filosofía en un mundo Global”.
Este
programa funciona dentro del marco del convenio que tiene la UASD con la
Universidad del País Vasco y que, junto
a otros programas doctorales,
como el de la Facultad de Ciencias Económicas y el de la Facultad de
Ciencias Jurídicas y políticas son dirigidos por la doctora Rosalía Sosa, quien
es una doctora egresada del programa
Sociedad Democrática, Estado y Derecho, de la misma institución
extranjera.
Además,
estos programas existen en varias universidades de países latinoamericanos que mantienen acuerdo
con la Universidad del País Vasco. Dichos programas son dirigidos por el doctor Francisco Javier Caballero Harriet,
quien forma parte del cuerpo académico de dicha Universidad.
Es
bueno puntualizar que en el marco europeo, España va mejorando en lo referente
a los rankings mundiales, porque
entre las 100 universidades más destacadas de Europa aparecen la Complutense de
Madrid, la Universidad de Sevilla, la Universitat de Barcelona, la Autónoma de
Barcelona, la Politécnica de Catalunya, la Universidad de Granada, la
Politécnica de Madrid, la Universidad de Zaragoza, la Universidad del País
Vasco y la Universidad de Santiago de Compostela.
La universidad del País Vasco (UPV/EHU) en el Worldranking ocupa la posición 558 entre
las 11,999 universidades calificadas del mundo en cuanto a presencia,
excelencia, impacto y apertura. La principal fortaleza se encuentra en la excelencia
en posición 346, presencia con 341 y la apertura en la posición 469.
Es
sobre la base académica que esta Universidad ha rendido sus frutos con este
programa doctoral de “Filosofía en un Mundo Global” en la UASD y que en la actualidad tengo el
honor dirigir. Como pensador y filósofo quiero dejar este testimonio de algunos
puntos sobre el programa doctoral “Filosofía en un Mundo Global” y la
importancia que cobra el conocimiento filosófico en estos tiempos.
La
"Filosofía constituye una reflexión teórica sobre lo real y su sentido, esencial
para la comprensión reflexiva del mundo y de nuestro lugar en él. Puede
definirse como la aspiración a la inteligibilidad metódicamente trabajada,
centrada en la indagación sobre fundamentos, donde se intenta articular los
distintos ámbitos del saber y proporcionar, en cada caso, los elementos para un
examen crítico de las instituciones y las prácticas en que se organiza la vida
social" (Ver referencia de cita en Ursua,2012).
La
Filosofía es siempre una discusión crítica, en virtud de la relación teórica
indisoluble entre los conceptos de lenguaje, sujeto y discurso con el
pensamiento propio y el de los demás. Esta disciplina, con sus preguntas y
respuestas contribuye a la:
·
reflexión guiada metódicamente
sobre las condiciones, contenidos y límites de las diferentes formas de nuestro
pensamiento, conocimiento y acción,
·
al examen crítico de nuestras
pretensiones fácticas,
·
al examen teórico de los
sistemas políticos, sociales, técnicos, económicos y culturales,
·
la discusión y clarificación
de los presupuestos, alcance, límites y consecuencias del creciente proceso de
globalización o mundialización,
·
exploración de los fundamentos
e impactos de la ciencia y la tecnología al examinar los valores, el lenguaje,
la historia, la política y la economía de la “sociedad del conocimiento” o
“sociedad red” y cibermundo,
·
la comprensión de la historia
de la cultura humana y del espíritu humano en su condición, su propio ser, su
unión con los demás seres y del sentido de este en el mundo,
·
la integración de la cultura tecno
científica y la cultura humanística al ser ambas el resultado de la acción
humana, del sujeto que piensa y actúa.
En
estos tiempos acelerados en que la velocidad de las palabras, si no hay reflexión
teórica, el sujeto se pierde en las redes sociales entre un link y otro, desde un “me gusta” hasta
compartir diversos escenarios virtuales. En la actualidad, es muy urgente
filosofar, pero más urgente es inventar pensamiento a fin de no rumiar lo ya sabido
o naufragar o intoxicarse en los océanos del cúmulo de informaciones que arropan
al cibermundo.
La filosofía no sólo pretende transformar
el mundo, sino de lo que se trata es también, y esto es decisivo, de
interpretar y comprendernos a nosotros mismos y orientar nuestro presente y
futuro. Esta, como sabiduría se coloca
en el pensamiento continuo, intempestivo, como creación de vida, de un discurso
entre el decir y hacer, orientación de vida, no de muerte.
Andre Comte-Sponville nos da una visión de
la filosofía en su texto La filosofía. Qué es y cómo se practica, en el cual el
filosofar adquiere un valor fundamental, siempre y cuando se entienda que “es
una práctica teórica (discursiva, razonable, conceptual) aunque no científica;
solo se somete a la razón y a la experiencia (…), aspira menos a conocer que a
pensar (…), menos a aumentar nuestro saber que a reflexionar sobre lo que
sabemos o ignoramos” (2012: 28).
Pero más aún, también se puede entender,
pues, como una ciencia metódica en cuanto búsqueda sistemática del
conocimiento; así como una actividad argumentativa que reflexiona sobre los
problemas e intenta aportar claridad y orientación para su posible solución.
Tal como puntualiza el filósofo del lenguaje Wittgenstein, al decir que la filosofía
es una actividad que apunta a la clarificación lógica de los pensamientos y sus
delimitaciones, siempre y cuando recorramos nuestro propio camino entre el
lenguaje y la vida.
Por eso es que el trabajo de los filósofos
gira en torno a la construcción de un discurso crítico, creativo e innovador,
pero también en torno al ámbito de la docencia, la investigación, a la
Administración Pública y a trabajo en casas editoriales, en general, a través
del sistema de oposiciones.
El filósofo se mueve como pez en el agua:
en los centros de enseñanza (profesión docente) casas editoras, medios de
comunicación, principalmente escritos, fundaciones culturales, bibliotecas,
servicios de publicaciones, centros de educación permanente, etc.
Con funciones puntuales en:
• Docencia
en centros públicos y privados
• Experto
en el campo de la Ética aplicada
• Experto
en Educación superior, en Filosofía de la tecno ciencia
• Administración
pública, en área filosófica de política y ciberpolítica
• Investigación
general
• Corrector
(a)y asesor (a) literario(a ) en casas editoras
• Documentalista
• Conservación
y ordenación del patrimonio cultural
• Crítica
literaria
• Producción
literaria
• Investigación
y organización en archivos y bibliotecas
• Consultoría
filosófica
• Traductor/a
de textos filosóficos
A estos se le puede añadir:
• Recursos
humanos, mediación social
• Relaciones
públicas
• Marketing
y cibermarketing
• Atención
al cliente, a los empleados
• Formación
continua
• Consultor
de arte y gestor cívico y cultural,
• Gestor
de “sociedad-ciencia y tecnología”, ética de la ciencia y de la tecnología
• Análisis,
ciberepistemología y creación de contenidos Web.
Con estos ejes filosóficos planteados, se
comprende que la Filosofía, más que una disciplina, es una intensidad, es
decir, como un campo magnético que puede atravesar cualquier ámbito y cualquier
disciplina. Sin abandonar su investigación propia (Agamben, 2014; Morin, 2010)
envuelve todas las relaciones de lenguaje, sujeto, discurso, poder y cultura,
del mundo y el cibermundo global.
En
conclusión, la Filosofía se entreteje no solo con orientación científica hacia
los problemas, sino también, y esto es lo importante, como actividad de
autorreflexión y de reflexión en general, algo de lo que carecemos en esta
sociedad de consumo, de inmediatez, de coger y tirar y donde todo o casi todo
es o se reduce a espectáculo.
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