Elegía a la privacidad
En el cibermundo, en sus entramados ciberculturales lo privado se
ha ido esfumando enredándose en lo público, dejando en el sujeto social vestigios
de privacidad en lo más recóndito de su ser, quizá lo que atente contra su propia
existencia. Lo demás es público, fascinación de sentirse noticia,
acontecimiento de lo virtual. Despojo de su intrahistoria de vida y
desplegándose a envolturas de imágenes en redes sociales como: blogs, Facebook, My Space,
Twitter, Tuenti, que han puesto en
el escenario ciberespacial lo privado.
Escenario de la vida privada como pública en las redes sociales
virtuales se ha convertido en un acto de presencia, de acontecimiento, de que
se está ahí, en el momento requerido y compartido por los otros online que expresan su vida íntima.
Los sujetos cibernéticos, son actores, no espectadores del mundo
de lo virtual, una franja de estos, específicamente de los nativos digitales,
en su inmensa mayoría viven en la cibervida como si la real no existiese.
En el cibermundo los inmigrantes
digitales, la vida les ha transcurrido offline, lo que no se significa que una ínfima minoría no viva con pasión en el
ciberespacio como si fuese la vida real.
Sin embargo, estos sujetos cibernéticos a igual que otros , como
lo cibertrabajadores, han ido dejando trazo de su vida, que hay mirar atrás, es
una despida a la privacidad, tal como la hemos estudiado desde la
filosofía griega hasta la modernidad del
siglo XX
De ahí, que vivimos cada días, despidiendo a la privacidad, es un
adiós irreversible, la entrega al ciberespacio no es por obligación, sino por
necesidad, de lo contrario no hay existencia, sino sombra de soledad, que los
encuentros virtuales ha transformado en solidaridad, empatía de los sujetos
cibernético sin frontera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario