En su te texto historia de la
sexualidad volumen 1, Focault, dice
como el poder no puede entenderse como el conjunto de instituciones y aparatos
que garantizan la sujeción de los ciudadanos en un Estado determinando. A si
como tampoco un sistema general de dominación ejercida por elemento o un grupo
sobre otro; más bien hay que entender que se trata de multiplicidad de las
relaciones de fuerzas inmanentes y propias del dominio en que se ejerce, y que
son constitutivas de su organización.
Por lo que no debe buscarse su existencia en un punto central, en un foco único de soberanía del cual irradiaría formas derivadas y descendientes, ya que el poder está en todas partes.
Por lo que no debe buscarse su existencia en un punto central, en un foco único de soberanía del cual irradiaría formas derivadas y descendientes, ya que el poder está en todas partes.
Focault, no sienta en el banquillo de los acusados a la economía
capitalista, como tampoco a su instancia, el Estado, sino que sienta al mismo
poder. Por lo que de una u otra manera lo sujetos mantenemos determinadas
relaciones con el poder (cristalizado en el Estados) y sus múltiples instancias.
En este siglo XXI, esa nueva forma de poder social ha ido cambiado, el
estudio del poder entra en el plano de la ciberpolitica y la política, hay que
colocarse más allá de Focault para entenderlo en su compleja relación de
fuerza, que pasa por lo virtual y lo real, y quien mejor que su amigo Gilles
Deleuze quien explica como las sociedades
disciplinada, organizadas en los grandes espacios de encierro y que
Focault situó en los siglos XV111 y XIX con su apogeo a principios del siglo
XX, entraron en crisis y han estado siendo sustituida por la sociedad de
control, en donde el marketing es el instrumento que forma la nueva raza impúdica de nuestro dueño .
Por lo que se desprende que el
sujeto de estos tiempos no se encuentra encerrado, sino endeudado, en un mundo
virtual y de relaciones de poder digital y biométrico.
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