La hibridación de la vida
En estos tiempos hay que vivir
en lo híbrido, entre el ciberespacio y el espacio, como una forma de conectar con la visión filosófica de
Aristóteles, en cuanto crítica al desenfreno y al desperdicio de no ser
virtuoso y perderse en lo vicioso.
Es no vivir cada instante
sumergido en el ciberespacio, ya que eso es caer en las ciberadiciones, que son
engendro de lo virtual, pero tampoco despreciar esos entornos, ya que
formaríamos parte del hombre marginal, sin contar con las adiciones que se dan
en el espacio real. De ahí que el sujeto cibernético, de dimensión ética, ha de
comprender la hibridación que se ha producido en el planeta, entre el
cibermundo y el mundo. No perderse ni en el primero ni en el segundo.
El sujeto cibernético en esa
hibridación a de vivir encuentros virtuales entre amigos en las redes, pero sin
dejar los encuentros reales de esos u otros amigos, los gestos, las miradas, se
pierden como simulacro en lo virtual, pues las mediación de las imágenes no
permiten sentir el calor de los encuentros personales.
Comprender que navegar en el
ciberespacio no es olvido de las noches estrelladas, de las lluvias, de las
playas, bahías y lagos que cubren los espacios, como esos espacios que se
alcanza a ver en el Sur del país, entre la sierra de Bahoruco y Neiba. Lo
contrario es vivir en la ciberadiciones, desbocado por las redes sociales, sin control, que estimulan los
neurotransmisores del sistema nervioso central, como el caso de la dopamina,
que su concentración en determinada área del cerebro produce trastornos, desórdenes
en la cognición, la memoria, la atención y la resolución de problemas,
llegando a la euforia, y se corre el riesgo, de tanto esfuerzo, de quedarnos
enredados en las redes, con el cerebro fundido por lo digital.
Vivir en la hibridación es
entender que el ciberespacio es otro espacio importante en este planeta, que
contribuye a la innovación, al rejuvenecimiento del sujeto cibernético, a
prolongar la vida, ya que la plasticidad del cerebro funciona a lo largo de
toda la vida, y que el saber navegar por ese mundo virtual, es no
ahogarse. Que las redes sociales, los
entornos virtuales que se despliegan en
el ciberespacio, alteran las redes neuronales, complejizando de esa forma el
pensamiento y el conocimiento, ya que no se vive en la estrechez de los espacios del mundo, sino en la inmensa apertura
planetaria, con la hibridación de lo virtual y lo real.
1 comentario:
Hibridación de la vida
Estoy de acuerdo con este documento de que el sujeto debe vivir en lo hibrido. Este tiempo de cambio donde el planeta mismo está en desequilibrio total, también el sujeto ético debe vivir esa vida de desequilibrio pero no perderse en ese mundo del ciberespacio sino conjugar el ciberespacio con el espacio ya que ambos extremos son peligrosos o se cae en lo ciberespacio como dice el filosofo Andrés Merejo o se cae en lo obsoleto o una vida en equilibrio como dice Nietzsche filosofo alemán.
El sujeto ético no debe caer en ninguno de estos dos extremos sino vivir en la hibridación, esto es comprender que el ciberespacio es otro espacio importante que innova y rejuvenece al sujeto y no se vive en la estrechez de los espacios del mundo, sino en la vasta amplitud del planeta con la hibridación de la virtual y lo real.
Todo sujeto ético debe vivir en lo hibrido. Esto es una gran verdad en este tiempo, sino se cae en un extremo o en el otro pues lo mejor que hacemos los seres humanos es vivir en lo hibrido.
Publicar un comentario