viernes, 17 de junio de 2016

Leonel Fernández: discurso postelectoral
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El expresidente Leonel Fernández, 15 días después de pasadas las elecciones dominicanas, escribe en su columna Observatorio Global, un artículo titulado “El triunfo del PLD”, (30/5/2016)   en el que analiza los recientes comicios en el plano de la complejidad y donde reconoce diversas irregularidades en tal proceso, aunque sin dejar de abordar el triunfo del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) en primera vuelta y  no reconociéndole a Danilo Medina ningún sello personal por el triunfo.
En su discurso, ni en forma indirecta ni por insinuaciones alude a Medina. No hay un solo párrafo que pueda decirse que lo pensó para referirse al presidente Medina. Este brilla por su ausencia en ese discurso. ¡Qué tiempos aquellos cuando visitó la ciudad de Nueva York  , se sintió orgulloso del primer año de  la gestión del gobierno de Medina: “Como peledeístas debemos sentirnos todos orgullosos,  porque el compañero Danilo Medina está haciendo  una gran gestión  y eso es motivo de complacencia, de beneplácito y de regocijo para toda la familia del PLD y el pueblo dominicano”, dijo en aquella ocasión.
El expresidente Leonel Fernández jamás pensó escribir un discurso  del “triunfo PLD” con tantos tumbos de honda amargura  como el que escribiera en este momento. Aunque muchos medios se han hecho eco de ese discurso, solo han visto una parte, no el todo; lo simplifican, no lo complejizan como hace el propio expresidente. Así, podemos darnos cuenta cómo el Consejo de Dirección de Multimedia del PLD resalta de ese discurso la parte que le interesa, como es el caso de los dos últimos párrafos: “El presidente del Partido de la Liberación Dominicana, Leonel Fernández, denunció que hay un propósito maligno que procura generar la impresión de una supuesta crisis post electoral, que no existe, considerando como un exceso reclamar reconteo de todos los votos, para todas las candidaturas, en todas las mesas, de todos los colegios electorales”. (30/5/2016) 
Estas ideas fueron destacadas por  varios medios electrónicos y por comunicadores que interesadamente vieron algunos árboles, pero no el bosque, vieron el mar, pero no el océano de incertidumbre que en parte dejó plasmado el discurso de Fernández y que sigue en oleajes de fuerte intensidad.
Hay que dejar claro que el discurso como forma de acción, como actividad humana, no es inocente, ya que contiene un propósito y una intencionalidad. Por eso, como bien lo aborda Van Dijk, nosotros por “lo general no hablamos, escribimos, leemos o escuchamos de modo accidental o tan solo para ejercitar nuestras cuerdas vocales o manos” , por lo que  la “mayoría de las acciones son ejecutadas intencionalmente para realizar o producir algunas otras cosas, esto es otras acciones, sucesos, situaciones estados mentales” (2008: 28) .  Es por eso que el discurso del expresidente Fernández sobre “el triunfo del PLD” va dejando desde su encabezado que no es el triunfo del presidente Medina. Y también va dejando en una secuencia de párrafos, un ir y venir, una vuelta y revuelta bien intencionada de que a pesar de que no hay una crisis postelectoral, sí hubo un desastre electoral. Veamos al respecto punto por punto dicho discurso postelectoral.
El expresidente Leonel Fernández, luego de hacer un ejercicio aritmético de los diversos triunfos del PLD en las elecciones dominicanas, coloca el proceso electoral en el ámbito de lo complejo. En el susodicho artículo con un subtema que se titula “Complejidad del proceso”, en el párrafo 7,  dice: “aunque el triunfo conquistado del PLD estaba previsto en la generalidad de las encuestas, la oposición ha reaccionado con gran encono frente a los resultados, alegando un cúmulo de irregularidades y acciones indebidas” (párrafo 8).
 En dicho párrafo deja abierta esa crítica por parte de la oposición, para pasar al plano de los ciudadanos que votaron de forma ordenada, con lo que en parte deja caer las coincidencias en algunos puntos con la oposición, en el siguiente párrafo: “algunas fallas, como la no presencia a tiempo de personal de la Junta Central Electoral (JCE) y de la no distribución de equipos”.
Luego de esto, apela en su discurso a los  principales medios de comunicación, en el que dice que estos se despidieron la noche del 15 de mayo con la certeza de que al día siguiente se dispondría de los resultados. Sin embargo, afirmó: “No fue así. Al ímpetu inicial le siguió una lentitud que se prolongó durante cerca de dos semanas, que dio lugar a la suspicacia, la incertidumbre y a la realización de actos de protestas, que ocasionaron la muerte a seis personas, dejando a varios más heridos”.  También aquí deja todo abierto, aparentemente no hay continuidad con el párrafo que sigue.
Se puede apreciar que hay términos en este  párrafo 6 de dicho subtema “la complejidad del proceso” en donde Fernández nos reenvía a los datos numéricos, dejando de nuevo entrever que las elecciones fueron traumáticas, y en parte un desastre. Al parecer, quien se expresa así no parece ser un presidente del PLD que se siente a gusto con el triunfo de su candidato, sino un analista crítico, pero en el plano de la complejidad política. Con estos planteamientos pretende dejar su impronta histórica en cuanto a que los tres triunfos electorales que le llevaron  a la presidencia de la República no estuvieron marcados por tal desastre electoral, tal como le ha sucedido al presidente Danilo Medina. 
La complejidad de ese discurso cae en la ambigüedad, pero esto es intencional y altamente político, ya que se vislumbra una profunda crisis postelectoral en el PLD, al menos que el expresidente Fernández acepte morir en vida como político  dentro del PLD, andando junto con Franklin Almeyda Rancier con un pico y un pala para ver dónde excava su tumba en ese partido.
  Almeyda llegó a escribir un artículo titulado “¿Con pies de barro?”(23/5/2016)   en donde expresa que el PLD  “no celebró su triunfo”.  Porque “hubo una especie de recogimiento y pesadumbre. Se lamenta de que “las cosas sucedidas han puesto pies de barro a ese triunfo; no hemos sentido orgullo porque los conflictos y trapisondas nos han avergonzado”(párrafo 1). Sobre esto, el portavoz de la Presidencia de la República, Roberto Rodríguez Marchena, dijo que Almeyda no parte de la realidad, carece de objetividad política, de “un déficit de análisis político” (31/16/2016) .
En esta crisis postelectoral, el expresidente Fernández no tiene mucha posibilidad presidenciable. Su caída en la ciberpolítica ha sido acelerada, no puede sacar la cabeza en las redes sociales, es decir, en ese ciberespacio que tanto le ha fascinado y el cual es hoy un híbrido entre espacio virtual y espacio social real. Para colmo, sobre  esa caída el presidente Medina le ha robado su discurso ciberpolítico con la puesta en marcha de la República Digital. Por lo que Fernández se ha quedado sin ese  discurso digital y sin el control del Partido y muchos menos del Estado. Aunque Medina nunca ha teorizado el cibermundo y lo digital como lo ha hecho Fernández, no por eso ha dejado de ser  pragmático tanto en política como en la ciberpolítica. Pero este match, apenas comienza.


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El discurso político  del expresidente Leonel Fernández titulado “El triunfo del PLD” no se puede estudiar en su complejidad si dejamos al margen el contexto, el cual se define como construcción sociocultural, cargado de registro político e histórico, en la relación sujeto, lenguaje y poder. Dicha relación es fundamental para la construcción contextual del discurso político e imprescindible para  entender la estrategia y los sentidos que adquiere ese discurso en su funcionamiento. (Céspedes, 2011; Matos Moquete & Rosario Fernández, 2014; Roa Ogando, 2016).  Este tipo de discurso al ser político, se caracteriza por relaciones de poder, de dominación y  de  fuerza o hegemonía.
Es en ese contexto que ha de situarse el discurso post-electoral de Fernández, como parte de la lucha por el control del liderazgo político y del partido. Esta lucha ha salido a relucir luego del triunfo electoral del presidente Danilo Medina, pero para el expresidente Fernández  es el triunfo del PLD, y no de Medina.
Es sobre la base de esta contextualización que analizaremos el segundo subtema del discurso de Fernández y que se titula “AVANCES DE OTRAS FUERZAS Y OBSERVACION ELECTORAL” (las mayúsculas no son mías), en la que se deja rodar cierta táctica  entre pasarle guantes de seda a la oposición política por el momento y dejar la manopla que ocultaban dichos guantes para el danilismo. 
De ahí que en el primer párrafo de este subtema, Fernández exprese: “No obstante el notable triunfo electoral del PLD, otras fuerzas políticas también cosecharon avances en sus niveles de representación y aceptación  en el electorado nacional”. A lo que en seguida hace otro ejercicio numérico de cómo han avanzado esas fuerzas, para luego volver a su principal propósito, en cuanto a que “el pasado certamen electoral estuvo afectado de algunas dificultades, fallas e incidentes.”
Lo que se infiere de esa cita es la capacidad intelectual de Fernández para manejarse  con guantes de seda y de manera delicada, sutil, sin cubrir debajo de estos una manopla; la cual es utilizada por  Franklin Almeyda Rancier contra el danilismo y para defender a  Fernández, “sin importar si las críticas provienen de fuera del partido  o de los francotiradores que hay en el Gobierno”. (1).
El partido invocado por Almeyda Rancier es idéntico al leonelismo,  pero que es la minoría dentro y fuera de este. Esto lo confirman sendos discursos de dos fichas importantes del danilismo. Primeramente, Roberto Rodríguez Marchena, vocero del gobierno, y José Ramón Peralta, Ministro administrativo de la Presidencia, quienes acusan Almeyda de aguafiestas, de querer desacreditar el triunfo del presidente Medina y de atentar contra la unidad del PLD. (2). Estos dos funcionarios según Almeyda Rancier hablaron sin leer primero, una forma de galloloquismo, o sea el de un sujeto  osado, intrépido pero que vive diciendo disparates, por no investigar, por no leer primero.(5/6/2016).
 A tal situación política Almeyda Rancier pone sobre el tapete la amenaza referente al gobierno, en cuanto a que toda la oposición política “se unificará en contra del gobierno del PLD”, por lo que se necesita “una unidad real” que vea a Leonel Fernández como un principal “capital político” dentro del partido.  Por lo que no se trata continúa diciendo  “de tomar decisiones por mayoría mecánica” como la reelección de Danilo que se impuso en “abril del año pasado” con “una votación caprichosa, mecánica, que generó una crisis en el partido que todavía se siente” (30/5/2016). Al considerarse en minoría en el partido, lo ideal sería entregarle la antorcha a Leonel Fernández, pero tendría que preguntárselo primero a Danilo Mediana y luego a Reinaldo Pared, a Temístocles Montás y Francisco Javier García, entre otros.
Para Almeyda Rancier  la solución es proclamar a su líder como única manera de que “El PLD sea confiable” y para que “sus miembros y dirigentes” no puedan  “asumir un rol activo y entre todos, emulando a Cristo, echar a los fariseos del templo” (entiéndase PLD; A.M).
Comprendiendo las ideas de Almeyda Rancier, conocemos en su amplitud  el contexto del discurso post-electoral del expresidente Leonel Fernández, en donde ha dejado bien claro que en las elecciones del 15 mayo se presentaron muchas irregularidades y una secuencia de muertos. Este discurso se fundamenta en el informe de la Organización de Estados Americanos (OEA), que enumeró la falta de equipos, la no llegada de auxiliares técnicos y los “problemas de conectividad y funcionamiento de las máquinas de control biométrico y computo automatizado” como parte de esas irregularidades.   
Sin embargo, esto no se queda ahí, porque Fernández dice que se dieron “otras fragilidades en el proceso electoral”, las cuales “consistieron en la renuncia de tres mil técnicos de la Junta Central Electoral en la víspera de la celebración de las elecciones”; pero la más importante de todas  tiene que ver con “los errores presentados en boletines oficiales, tanto en porcentaje como en votos emitidos, la cantidad de votos nulos y de actas en blanco”. Todas estas afirmaciones van por el lado contrario de lo que dijo el presidente de la Junta Central Electoral Roberto Rosario Márquez,  en su discurso post-electoral,  en cuanto a que estas elecciones fueron limpias, legítimas y transparentes y sin fisuras excepto la de los partidos políticos (En toda la prensa de 2/6/2016).
En conclusión, el discurso post-electoral del expresidente Fernández forma parte de la  lucha interna por el control del partido y el liderazgo entre el danilismo y el leonelismo y busca desde ahora posicionarse en la sociedad como candidato presidencial, sin importarle la suerte del gobierno de Danilo Medina. Él ha dejado bien claro que su eje principal gira en torno al partido, para tales fines tratará de reorganizar su tendencia y convertirse en paño de lágrima de todos los peledeístas inconformes con el gobierno, cuando les digan que no se podrá satisfacer la demanda de empleos, botellas y contrataciones en el Estado.
Bibliografía:
1.       Céspedes, Diógenes (2011). Estudios lingüísticos, literarios, culturales y semióticos. Santo Domingo: APEC.
2.       Moquete, Manuel & Rosario Fernández, Reina (2014). El discurso de Juramentación presidencial en República Dominicana. Santo Domingo: Búho.
3.       Roa Ogando, Gerardo (2016). La taxonomía del discurso. Aspectos de la teoría lingüística. Santo Domingo: Soto Castillo.
Cibergrafía:
1.AlmeydaRancier,Franklin(2016).http://www.elcaribe.com.do/2016/06/03/franklin-almeyda-pld-defendera-leonel-criticos-afuera-ldquofrancotiradores-del-gobiernordquo#sthash.WSbVxzC.C.dpuf
-http://vanguardiadelpueblo.do/2016/06/05/esos-dos-funcionarios-hablaron-sin-leer/
-http://vanguardiadelpueblo.do/2016/05/30/el-pld-debe-ser-confiable/
2.       Peralta, José Ramón (2016): http://www.elcaribe.com.do/2016/06/02/peralta-almeyda-pone-peligro-unidad-del-pld
3.       Rodríguez Machena, Roberto (2016): http://www.diariolibre.com/noticias/politica/rodriguez-marchena-dice-que-almeyda-busca-desacreditar-triunfo-de-danilo-para-posicionar-a-su-candidato-BG3945425