martes, 18 de septiembre de 2012

Pensar las ciencias sociales en el siglo XXI





Desde nuestra particularidad de ser nacional, debemos  globalizar nuestro espíritu, de abrazar una conciencia crítica y planetaria, que piense lo nacional, con  una dialéctica social que incluya al emigrante allende al país.
Las ciencias sociales no pueden ser pensadas al margen de los estudios de lo ciberespacial, del mundo cibernético o cibermundo. El excluir estos estudios de época es vivir envueltos en discurso anacrónico, repetitivo y sin incidencia social, excepto para reproducir el orden del poder y los poderosos.
La relación Sujeto, Lenguaje, Discurso, Poder y Sociedad digital hay que pensarla en redes y con visión crítica en este siglo XXI. No pensar esa relación del poder digital y  su implicación social es desconocer el pensamiento innovador, fecundo, de los  pensadores de la sociología, tal como es el caso de Manuel Castells, el cual comprende la relación compleja Cibernética-Poder y Sociedad.  Castell es profesor de sociología del Consejo Superior de Investigaciones Científicas en Barcelona y reconocido a escala mundial como un investigador consagrado a las investigaciones sobre múltiples aspectos sociales y tecnológicos.

Entre sus investigaciones podemos valorar sus tres tomos sobre la Era de la Información,donde explica la sociedad de la información como estándar de época y de la cual nadie puede desentenderse. Sus ideas revelan la presencia de una forma de Estado que no tiene nada que ver con la que tradicionalmente se conoce y una cultura que implica la cibercultura.
Sus ideas nos revelan la presencia de una nueva forma de Estado, el Estado-red, en el cual la presencia de la información y el ciberespacio es clave para su entendimiento. Para Castells el conocimiento y la información son las fuentes de la productividad de estos tiempos. De ahí que en su nuevo libro Comunicación y Poder coloque el poder en relaciones de cambio de dos formas que giran alrededor de la articulación entre lo global y lo local y principalmente en redes, no en unidades individuales, en donde las relaciones de poder son específicas de cada red.