martes, 27 de marzo de 2012

Hackers en la República Dominicana

En la República Dominicana, el hacki-activismo ha llegados para quedarse. Para la compresión de dicha cibercultura hay que articular un discurso sobre la relación del lenguaje, el sujeto y el poder digital, el cual trasciende la red de redes (Internet) como plataforma tecnológica de lo ciberespacial. Por eso, los apresamientos contra 4 supuestos hackers de anonymous en nuestro país en esta semana (26/3/2012)  hay que situarlo en la temática de ciberintruso. Las estrategias de los hackers son diversas, y no puede aplicarse la misma ley para todos, no es lo mismo que unos jóvenes estudiantes en movilizaciones rompan los vidrios de un Banco, que unos asaltantes penetren a la bóveda y se roben el dinero. La ley 53-07 sobre delito informático en nuestro país no puede aplicarse mecánicamente a los hackers. Los ciberataques a páginas del gobierno no pueden verse igual que la apropiación de códigos bancarios y de tarjetas de créditos que implica el robo de dinero, fraudes comerciales. De ahí, que en los Estados Unidos la aplicaciones de las leyes inician con el conocimientos de que tipos de hackers han incursionados en determinada instancia de poder. No es lo mismo los cibercuriosos, ciberintrusos que hackers de diferentes estrategias en las relaciones sociales y políticas. Un sujeto no es un hacker por el hecho de incursionar en un portal electrónico. (Revisar otros artículos en este mismo blog). La política de anonymous, de acuerdo a mis investigaciones no tiene que ver con una cultura delincuencial, sino de la lucha de la transparencia  y de la democracia, aunque muchos puedan tergiversar su visión filosófica y política. Los hackers que incursionan en la seguridad e instalaciones nucleares de países como Estonia, Japón, Irán no son los hackers mercenarios o criminales, ya que forman parte de la ciberpolítica , de una estrategia digital que apunta al control de espacio y el ciberespacio , del mundo y el cibermundo.
El ciberespacio  es el lugar donde se fraguan  las diversas prácticas virtuales, en las cuales también se conocen las estrategias de los hackers mercenarios, terroristas, anarquistas, demócratas, revolucionarios, empresarios, entre otros. La falta de conocimiento de esta cultura cibernética puede conducir a una ciberdictadura en la República Dominicana.



Hackers en la República Dominicana



En la República Dominicana, el hacki-activismo ha llegados para quedarse. Para la compresión de dicha cibercultura hay que articular un discurso sobre la relación del lenguaje, el sujeto y el poder digital, el cual trasciende la red de redes (Internet) como plataforma tecnológica de lo ciberespacial. Por eso, los apresamientos contra 4 supuestos hackers de anonymous en nuestro país en esta semana (26/3/2012)  hay que situarlo en la temática de ciberintruso. Las estrategias de los hackers son diversas, y no puede aplicarse la misma ley para todos, no es lo mismo que unos jóvenes estudiantes en movilizaciones rompan los vidrios de un Banco, que unos asaltantes penetren a la bóveda y se roben el dinero. La ley 53-07 sobre delito informático no puede aplicarse mecánicamente a los hackers. Los ciberataques a páginas del gobierno no pueden verse igual que la apropiación de códigos bancarios y de tarjetas de créditos que implica el robo de dinero, fraudes comerciales. De ahí, que en los Estados Unidos la aplicaciones de las leyes inician con el conocimientos de que tipos de hackers han incursionados en determinada instancia de poder. No es lo mismo los cibercuriosos, ciberintrusos que hackers de diferentes estrategias en las relaciones sociales y políticas. Un sujeto no es un hacker por el hecho de incursionar en un portal electrónico.. (Revisar otros artículos en este mismo blog). La política de anonymous, de acuerdo a mis investigaciones no tiene que ver con una cultura delincuencial, sino de la lucha de la transparencia  y de la democracia, aunque muchos puedan tergiversar su visión filosófica y política. El ciberespacio  es el lugar donde se fraguan  las diversas prácticas virtuales, en las cuales también se conocen las estrategias de los hackers mercenarios, terroristas, anarquistas, demócratas, revolucionarios, empresarios, entre otros. La falta de conocimiento de esta cultura cibernética puede conducir a una ciberdictadura en la República Dominicana.