En la República Dominicana, el
hacki-activismo ha llegados para quedarse. Para la compresión de dicha
cibercultura hay que articular un discurso sobre la relación del lenguaje, el
sujeto y el poder digital, el cual trasciende la red de redes (Internet) como
plataforma tecnológica de lo ciberespacial. Por eso, los apresamientos contra 4
supuestos hackers de anonymous en nuestro país en esta semana (26/3/2012)
hay que situarlo en la temática de ciberintruso. Las estrategias de los
hackers son diversas, y no puede aplicarse la misma ley para todos, no es lo
mismo que unos jóvenes estudiantes en movilizaciones rompan los vidrios de un
Banco, que unos asaltantes penetren a la bóveda y se roben el dinero. La ley
53-07 sobre delito informático en nuestro país no puede aplicarse mecánicamente
a los hackers. Los ciberataques a páginas del gobierno no pueden verse igual
que la apropiación de códigos bancarios y de tarjetas de créditos que implica
el robo de dinero, fraudes comerciales. De ahí, que en los Estados Unidos la
aplicaciones de las leyes inician con el conocimientos de que tipos de hackers
han incursionados en determinada instancia de poder. No es lo mismo los
cibercuriosos, ciberintrusos que hackers de diferentes estrategias en las
relaciones sociales y políticas. Un sujeto no es un hacker por el hecho de
incursionar en un portal electrónico. (Revisar otros artículos en este mismo
blog). La política de anonymous, de
acuerdo a mis investigaciones no tiene que ver con una cultura delincuencial,
sino de la lucha de la transparencia y de la democracia, aunque muchos
puedan tergiversar su visión filosófica y política. Los hackers que incursionan
en la seguridad e instalaciones nucleares de países como Estonia, Japón, Irán
no son los hackers mercenarios o criminales, ya que forman parte de la ciberpolítica
, de una estrategia digital que apunta al control de espacio y el ciberespacio
, del mundo y el cibermundo.
El ciberespacio es el lugar donde se fraguan las diversas
prácticas virtuales, en las cuales también se conocen las estrategias de los
hackers mercenarios, terroristas, anarquistas, demócratas, revolucionarios,
empresarios, entre otros. La falta de conocimiento de esta cultura cibernética
puede conducir a una ciberdictadura en la República Dominicana.
1 comentario:
Excelente análisis, no es justo k a todos se les kiera poner como k son delincuentes sin saber cual es su punto, k es lo k pretenden y todo eso parece una practica contra la libre expresión, contra el libre albeldrio
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