domingo, 29 de octubre de 2017

Palabras en el Panel sobre el libro La dominicanidad transida, entre lo virtual y lo real, de Andrés Merejo






Muchas gracias a Andrés Merejo y a la Academia de Ciencias de la República Dominicana por invitarnos a comentar brevemente el libro La dominicanidad transida, entre lo virtual y lo real.

Y nos place porque se trata de un libro revelador e innovador en el análisis científico y en la apuesta de un filósofo que ahonda en un fenómeno completamente nuevo, como es el ciberespacio, y como consecuencia de ello la cibercultura, la ciberpolítica, y todo el fenómeno de los medios de comunicación que han surgido en este nuevo mundo que se ha construido, en particular las redes sociales.

Merejo ha realizado un aporte significativo al estudio comunicacional con este libro. Estamos apenas en el surgimiento del fenómeno, y la postura de los más prestigiosos y documentados maestros no deja de ser una visión maniquea y conservadora, de no aceptación de la amplificación comunicacional, como muy bien queda dicho en este libro al recoger las consideraciones de Zygmunt Bauman y Umberto Eco, por ejemplo, y brindarle una respuesta más o menos equilibrada, con un contexto novedoso de por qué se expresan con desdeño y rechazo  sobre las nuevas modalidades comunicacionales, como las redes sociales.

Pero este libro no solo nos coloca en la meseta más alta del análisis de la revolución tecnológica. También es un libro antropológico y social, además de político, que aborda la cuestión cultural, de la identidad, la migración y sus influencias, y nos pone a mirar a la sociedad dominicana desde perspectivas diferenciadas, entre los dominicanos y dominicanas transidas en el contexto de la media isla y los que se encuentran desparramados por el mundo, que siguen formando parte de este terruño y así lo sienten y lo expresan diariamente a través de las redes sociales y el Internet.
Creo que Andrés Merece asume la responsabilidad que le toca al plantear con tanta honestidad y profundidad su convicción de cómo los políticos dominicanos han manipulado a la sociedad, aprovechando las nuevas tecnologías y presentándose como garantes de la modernidad y la postmodernidad, cuando en realidad se cobijan bajo la sombra de la llamada post verdad, tan ampliamente dilucidada luego del ascenso al poder de Donald Trump.

Aunque Merejo pondera presentar una visión optimista en su análisis, finalmente se queda presentándonos un discurso fatalista y de derrumbe, manipulado y bajo el control de los políticos dominicanos, que han seguido la tradición de siglos de mantener transida a una gran parte de la sociedad dominicana.

Y por eso, con su lectura uno tiene que volver al pasado, y pensar en el Federico García Godoy, por ejemplo, que en su obra El derrumbe nos ofrece una visión compleja y dolorosa de la sociedad dominicana.

“Y así hemos vivido fatalmente resignados con nuestro sino adverso, derribando un tirano para endiosar mañana a otro o resbalar en la más aterradora anarquía, despreciando lo que realmente sabe y vale por lo mediocre y charlatán, para caer al fin, presa fácil y apetitosa, sin honra y sin gloria, en las férreas manos de los audaces y agresivos cartagineses del Norte. Y como corona de tales deficiencias, flor negra y pestilente, la corrupción más envilecedora y disolvente…”

Así nos hablaba en sobre la sociedad dominicana García Godoy hace 101 años.
Doloroso, agrio, desafiante, atrevido, valientemente descriptivo y descorazonado, con un libro que recoge las amarguras más sentidas de la sociedad dominicana.
Y en ese tono nos habla en este libro Andrés Merejo. Una sociedad responsable también de sus malos gobiernos y de sus peores presidentes. Andrés no tiene dificultades en decirlo y ponerlo reiteradamente sobre estas páginas agudas y cortantes:

Este sistema es percibido por una franja de los navegantes dominicanos de las redes sociales en el ciberespacio como un sistema que opera para cometer un crimen en contra de la verdad y a favor de la mentira. Los hechos no importan, la verdad no tiene valor, porque para la mayoría de esos jueces vivimos en la post verdad, que significa inventar acontecimientos que no han ocurrido de hecho”.

El autor nos dice que vivimos en una democracia bloqueada, condenados a repetir una y otra vez las mismas miserias de vida en la que nos encontramos, dentro y fuera del territorio dominicano, hemos sido enmudecidos, entristecidos, despojados y excluidos de la modernidad. Nos dice Andrés que vivimos en zonas grises, que están sobrecargadas de mafias, drogas, ajustes de cuantas, asesinatos, suicidios, actos criminales, negocios sucios, con políticos y jueces corruptos, y en donde las instituciones están hundidas en la pestilencia, flor negra, de la corrupción, como bien señalaba hace 101 años Federico García Godoy.

En ocasiones siento más dureza y rabia en las palabras de Andrés Merejo que en las de Federico García Godoy:

“Se observa cómo jueces y políticos se desfiguran con polvillo de las cenizas que germinan de los cadáveres, negocios ilícitos, tráfico de influencias y ajustes de cuentas”.

Cuando profundizamos en este libro, y conocemos los planteamientos del autor sobre el ciberespacio, las redes sociales, el internet, la fractura social que hay y se mantiene en la sociedad, y cómo la modernidad ha ido creando una especie de mundo paralelo de venganzas y justicia social popular, vía los linchamientos virtuales, nos enteramos que el tema tecnológico es una forma de abordar la crisis de la sociedad dominicana, el terrible derrumbe ético y moral de la política. Y Merejo más que filosofar sobre el impacto de la revolución tecnológica, se monta sobre el tema y nos habla de los otros aspectos del dominicano, tan olvidado por una gran parte de la intelectualidad, y tan echado a menos por los analistas del presente, que no ven que entre el 2004 y el 2016 los gobernantes han operado bajo unas redes de sobornos, sobrevaluaciones y financiamientos ilegales de las campañas electorales. Eso nos lleva a cabalgar sobre un escenario de incertidumbre y vulnerabilidad ante los problemas sociales.

La dominicanidad transida es un libro luminoso, que nos estremece por la sinceridad y claridad de los planteamientos que formula el autor. Nada es ingenuo en este libro, ni siquiera cuando nos cuenta la historia de la familia, y su obligatorio proceso migratorio hacia los Estados Unidos. Sentí que Andrés estaba haciendo un ajuste de cuentas con los gobiernos reformistas de Joaquín Balaguer y con quienes le dieron sustento y continuidad, en particular por el recuerdo y sacrificio de sus padres, y en particular de su madre, la profesora Pisisa, fallecida el 25 de febrero del año pasado.

En mi humilde punto de vista, creo que en la actualidad es necesario que se escriban, se publiquen y divulguen muchos libros como este doloroso ensayo sobre la dominicanidad transida, de Andrés Merejo.


Fausto Rosario Adames

15 agosto 2017