El orgullo norteamericano forma parte de su ser, de su mentalidad, la cual
tiene como valor supremo el dólar. De ahí que, desde la década de los cincuenta
el lema norteamericano en su moneda es “confiamos en Dios”. En ese
sentido nadie cuestionaba el dólar, todas las cosas de este mundo podían
entrar en crisis menos el dólar, símbolo de su soberbia, de su poder. Tiempo de
ayer.
Sin embargo, en estos días que corren la
historia es otra, desde que escribí mi texto La Vida Americana en el siglo
XXI (1998). Ya para ese entonces habían construido la ciberamerica de Bill
Gate configurada por la plataforma de redes en que descansa el
ciberespacio y que hoy edifica el mundo tecnológico digital, lo que es el
cibermundo.
Hoy Estados Unidos ha perdido ese orgullo, el punto de
partida fueron varios símbolos, el derrumbe de las torres gemelas , el
agrietamiento del pentágono, luego le vino el desgate de una ocupación militar
en Irak, en donde la ciberguerra, en cuanto poder cibernético y de mando
digital tuvo éxito no asi con la guerra, en cuanto a combate terrestre,
el conflicto ahí fue un infierno, luego le vino la caída wall street, la
llegada de un presidente negro, el cual los blancos lo pensaban en la
película.
La historia no es lineal, ni ha llegado a su
fin. La Unión Americana es uno más entre los grandes, no es el primero ni el
último, esta ahí, con sus grandes problemas y de lo que fue su imperio
hegemónico en el mundo y el cibermundo.
Los norteamericanos ofertaron un sueño que hoy es una pesadilla. El mismo
sistema de evaluación y degradación que les daban a otros países, hoy lo tienen
ellos. Viven en el día a día, no hay un más allá, el más acá es la cultura del
miedo y el estrés envuelto en una cotidianidad que lo amenaza vivir en la
cultura de la pobreza. Miedo y estrés a vivir en las precariedades
permanentes y en la nostalgia de lo que fue la certidumbre del trabajo, placer
y consumo.
Si algo ha caracterizado a los norteamericanos es que siempre
pensaron hacia el futuro, este ha llegado, por cuanto no tienen futuro,
su presente es la permanencia, turbulencia de los mercados. De ahí que el
paquete de la crisis social y económica, le trajo sus indignados y la
desolación de un sistema socio económico que tiene muchas características de
los países tercer mundista.
Son días que corren y para los norteamericanos hay un panorama de
incertidumbre, de decadencia como imperio. Hoy sabemos que estas se dan por
partes. Antes era voces de una minoría de intelectuales, luego fueron opiniones
de los medios, sin embargo hay consenso en la gente, que ha llegado el fin del
imperio, el fin del capitalismo financiero tal como fue durante décadas
anteriores.
3 comentarios:
Históricamente está comprobado que todos los imperios llegan a su final. Llegó la hora definitiva del capitalismo hasta ahora reinante pero ya desgastado. El fiscalizador ahora es fiscalizado.¿Cuál será el nuevo imperio a sustituirle? ¿Su rival Rusia? ¿la UE, Japón o China?
Hola Merejo. Siempre supuse que los gérmenes de la destrucción de ese superimperio emergerían desde su interior. Las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones están propiciando la manifestación de las debilidades y las fortalezas del régimen imperial. Sus propias armas serán utilizadas contra los creadores. Es la dialéctica de la vida... Te felicito por tus importantes reflexiones...
Aridio Moya
¡Qué acertada reflexión dr. Merejo!
EEUU ya no representa lo que en décadas atrás representó; gallardía, imponencia, arrogancia... Olvidó que el mundo es cíclico y que les tocaría volver al inicio. La era de creerse dueño y señor, de creerse el "elegido" por la "Providencia Divina" para dirigir los caminos de los simples mortales llegó a su fin... ¡Enhorabuena!!!!!!
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