andres merejo. Conferencia en la Universidad Autonoma de Santo Domingo. Octubre 2008
Esta debacle es para el capitalismo lo que la caída de la URSS fue para el comunismo.(Paul Samuelson, premio Nobel de Economía)
Los países solidificados con la sociedad de la información llevan la hegemonía de la crisis económica global. El sistema financiero neoliberal norteamericano se ha derrumbado, y es el preludio de un declive del militarismo y una apertura a lo plural con el exterior, lo multilateral, uno más entre los grandes, tal como lo abordaba el poeta y filosofo Octavio Paz. Regresa el Estado, revive la política económica de John Maynard Keynes, sin que se pueda anunciar la muerte de Milton Friedman. A lo mejor surgirá un engendro mixto entre Estado y Economía que converja entre lo real y lo virtual económico. Pero tal como lo expone el pensamiento de la complejidad, los finales son abiertos.
El ciberespacio como plataforma tecnológica de la información y el conocimiento está haciendo de las suyas, ha trasformado de manera instantánea la certeza, los cimientos del mercado norteamericano (trabajo, placer y consumo) en océano de incertidumbre, brecha de lo convulso y complejo. Dicha crisis se ha expandido por el mundo, como si fuese un virus informático, las economías del mundo se han contagiado del virus inmobiliario estadounidense, de ahí que nadie este blindado contra ese virus, no hay vacuna alguna y no se sabe quién inventará el antídoto.
Vivimos unos tiempos complejos, de incertidumbre, de azares, derrumbe del neoliberalismo, que por la interconexión entre lo real y lo virtual, del espacio y el ciberespacio, lo global y lo local, nadie puede asegurar cómo quedará en el plano individual y social. El regocijo ante la destrucción del otro puede ser la nuestra. Esta es la depresión mas acelerada, ya que el ciberespacio, lo virtual, con la información, no deja tiempo a la repuesta.
Millones de seres humanos han entrado a formar parte de ese mar de pobreza que cubre al planeta. Habrá reformas del capitalismo, no hay fin de la historia, ni fin de nada, como tampoco se vislumbra una nueva alternativa para esos pobres fuera de esta era ciberespacial, a menos que emerjan nuevas formas de luchas sociales en ese mar de miseria en que viviremos y del cual nos percataremos de manera real y virtual.
He vivido con mi familia en los Estados Unidos, una parte de ella se encuentra allá, muchos allegados a mi entorno de emigrantes han perdido las casas, sus ahorros. ¿No afectará esta crisis mundial a la República Dominicana con relación a los que viven en España y los Estados Unidos y que no pueden mandar remesas a sus familiares?
La revolución instantánea provocada por el ciberespacio y la tecnología de la información ha derrumbado el comercio neoliberal, el de sólo competitividad, nada de cooperativismo, de humanitarismo, nada de humanismo.
La consecuencia se verá en el plano de lo real: incremento de más pobres, en lo virtual incremento de infopobres. Esta pobreza solo puede abordarse con la innovación en la educación y el trabajo u su relación con lo ecológico, la medicina, la telemedicina, la biotecnología, las comunidades virtuales y reales, la efectividad, lo emocional y lo visual, en un mundo global y local.
El mundo de las imágenes, del tiempo instantáneo que tanto ha fascinado a los norteamericanos se le ha trasformado en riesgo, desarraigo, a lo cual no tienen escapatoria, ya que lo real entra en la pesadilla de la inestabilidad de su dios que es dólar y ante la pesadilla de no vivir la tríada del placer, el trabajo y el consumo.
De ahí que un presidente negro en la sociedad norteamericana, que era visto solo en lo virtual, tenga una dimensión real. Para la Unión Americana, Barack Obama se está convirtiendo hoy día en el San Martin de Porres del siglo XXI.
Él representa la esperanza, el orgullo y la tríada del trabajo, placer y consumo de los norteamericanos, los cuales fueron perdiendo estos bienes terrenales a partir del 11 de septiembre 2001.
El mundo presenciará un nuevo cambio, una nueva era global, en donde el ciberespacio será la conectividad (virtualidad) y desconectividad (realidad) de los espacios sociales, que producirán un control y una regulación a la desenfrenada velocidad de la información y a las nuevas formas en que los sujetos van a producir y consumir.
El Estado tendrá presencia en dicha regulación, la cual se abrirá a una nueva red (entiéndase internet) en el ciberespacio, la cual buscará hacer negocios ilícitos para evadir ese control político. De ahí, la inversión millonaria en Estados Unidos, en tecnología digital, banda ancha, cuando Barack Obama asuma el poder en enero 2009
El ciberespacio ha mostrado la conectividad, lo virtual, la ausencia de relaciones humanas y, a la vez, desconectividad con presencia de esas relaciones, vividas estas más por los nativos digitales, es decir, las personas que han nacido en la era del ciberespacio del internet.
La aceleración de la crisis financiera mundial, su derrumbe, se percibe, se siente, aterroriza, pero todavía está en vientos virtuales, los cuales se convertirán en un tsunami real el verano del 2009.
La mayoría de los expertos en economía dicen que la recesión será profunda a partir del tercer trimestres 2009. Es como el sol, que según los astrofísicos, si llegase a desaparecer, lo sabríamos ochos minutos después. Lo cual nos dice que será una depresión, ya que desde mucho tiempo hemos vivido en recesión.
Espero sobrevivir en ese proceso, a la llegada tiempos convulsos, de informaciones y desinformaciones, de las iglesias y las inquisiciones, del conocimiento y la pluralidad.
En tal sentido, seguiré navegando por los confines del ciberespacio, el cual en estos tiempos convulsos ha colocado al planeta en lo transformacional, lo real y lo virtual.
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