lunes, 1 de febrero de 2016

Ética y Política en la sociedad dominicana


          Ética y Política en la sociedad dominicana


Por Andrés Merejo, para el periodico digital , acento.como.do
(22 y 29 de enero 2016)    

                           

La ética como disciplina de la filosofía que estudia la moral, implica  el sujeto ético, el cual  se construye en valores y en estilo de vida, por lo que no somos solo realidad biológica, sino también realidad moral.  Cada sujeto ético  va construyendo su vida y en ese construirse  va dejando  un legado de valores en lo familiar y lo social.
En la ética el sujeto no se moldea por un simple deseo sin límite, ya que él vive en una relación compleja  con el lenguaje, la lengua, el poder, el discurso, la cultura y la sociedad. Lo que implica estrategia política y de vida.
El  filósofo  Spinoza decía que cada sujeto por lo que hay en él, se esfuerza en cuanto está a su alcance por perseverar en su ser, en vivir y buen vivir.  Por eso, la ética nos invita a  saber vivir y reflexionar sobre nuestra orientación de vida no de muerte. Esto requiere un ejercicio permanente de cómo vamos proyectando la vida en la sociedad y en ese mundo del ciberespacio en donde nos envolvemos en las redes sociales.
Mientras que el político vive su proyecto por y para el poder político cristalizado en el Estado y sus instancias, sus relaciones se pueden dar de  manera descarnada, no entrando en su relación con el poder  la amistad personal, sino la política, la cual se mueve de acuerdo a estrategias políticas comunes, si  uno de esos amigos políticos  orienta esa estrategia para otro lado, cesa la amistad política, tal como les sucedió: Jacobo Majluta  y Peña Gómez, Miguel Maldonado e Hipólito Mejía y ahora a Leonel Fernández y  al presidente Danilo Medina. Esto es, sin importar el simulacro político y el juego de máscaras que se exhibirá el domingo 31 de enero, cuando el expresidente Fernández  proclame al presidente Danilo como su nuevo candidato presidencial por el PLD, para el 2016-2020. Estos son dos enemigos que se necesitan en la presente coyuntura política.
En tal sentido no se puede mejorar la política ni al político con una pela de ética, eso es antiético o mejor dicho no comprender la compleja relación de la ética con la política y la ciberpolítica, el poder social y digital, el saber y la vida.Dice Sabater que al sujeto político, le cae bien un baño de ética, pero no se le puede exigir que tenga una ética del sujeto, porque la ética intenta mejorar las personas y la política mejorar  o transformar las instituciones, el político tiene que luchar para  que las instituciones funcionen. Por lo que intentar modificar la política por dosis de  ética es una ilusión engañosa de la que hay que despertar, es como apagar los incendios forestales con un hisopo de agua bendita.
De ahí que, al sujeto político dominicano, no se le puede situar en una ética del sujeto, sino en un sujeto que resuelva los problemas políticos,  los pliego de promesas,  que van desde un buen gobierno, el de edificar instituciones justas, el derecho a la salud, a la educación, y el bienestar de la sociedad, en fin el democratizar la democracia,  que es el ritual de un político democrático, con vocación de fomentar una ética ciudadana en la sociedad.
Además de esto, podemos hablar de ética política, en cuanto una ética  pública, del sujeto político enquistado en el  Estado y su diversas instancias. De esto se encarga la deodontología que es una rama de la ética que  tiene que ver con el estudio de las normativas, deberes y  los códigos éticos, por lo que no  se excluye que los políticos se orienten con un código ético en las instituciones públicas, en su buró político, en su ética política de amigos, ya que hasta la mafia tiene su código ético
Esto no significa,  que el ciudadano dominicano ha de abandonar su lucha permanente contra la corrupción, más bien implicarla en una ética cívica, como dice Adela Cortina, en cuanto conjunto de valores morales que comparten los distintos grupos de una sociedad moralmente pluralista y  un mínimo de justicia, en donde se respeten los derechos humanos, se valoren la libertad y  la solidaridad.
Por eso el ciudadano desde una ética cívica, debe empoderarse, luchar y exigir en el espacio y ciberespacio, que el político y ahora el nuevo sujeto ciberpolítico cumplan con lo que prometieron en campaña  a los ciudadanos y de no hacerlo  cuando llegan al poder, proceder vía jurídica, destituirlos y  someterlos a la justicia por incumplimiento, por falsas promesas y gobernar con política clientelista y patrimonialista. De esta manera, no se queda la sociedad dominicana entrampada en las redes sociales, con simple condena moral, por los actos de corrupción, y, porque el político no reformó las instituciones públicas, sino que las destruyó.
Es en esta tesitura que cobra importancia el Departamento de prevención  de la corrupción administrativa (DPCA) como entidad institucional, siempre y cuando se le coloque más allá de las influencias partidarias, de lo contrario no hay una intención por parte del sujeto político para combatir la corrupción en el Estado y sus diversas instancias.
Ante la corrupción, la impunidad y el incumpliendo de promesas en campaña, hay que indignarse y exigir más allá de la condena moral (lo cual no está mal) e ir a la condena jurídica, los corruptos a  la cárcel  que es donde deben estar. Eso es vivir una ética cívica y ciudadana, no descansar hasta que estén donde deben estar, cuando moralmente hay conciencia de que ellos no creen en la ética, en eso que en moral se llama remordimiento.  Por eso, es que algunos políticos no muestran en su rostro  una mueca de moral,  por lo que se les importa pactar con Mefistófeles para llegar al poder, lo cual dentro de su estrategia tiene lógica, pero dentro de la ética es  absurdo.
Esta visión no pretende satanizar al político, sino que el buen político es quien lucha por buscar que su estrategia funcione dentro de una  ética cívica, acorde con el interés del ciudadano, de la ética pública y no de los intereses particulares, de los negocios y del comité político o Petit comité de su partido o movimiento.
No es que hay una separación abismal entre la ética y la política, ya que forman parte de las complejas relaciones sociales en que se desenvuelve el sujeto político, que no necesariamente es partidario o perteneciente a un partido político, ya que de una u otra forma el sujeto es político, por vivir en las relaciones del poder social.

 Dos filósofos que han reflexionado sobre la compleja relación de la ética  y la política han sido  Aristóteles y  Platón. Estos filósofos sitúan el valor ético de la  justicia como edificadora del quehacer político, ya que no tenía sentido la política si no perseguía obtención de justicia.
Aunque Nicolás Maquiavelo (siglo XVI) es el punto de partida de la visión y la separación de la política de la moral, en cuanto que la primera tiene su propio corpus teórico y no se subordina a principios éticos, no por eso se puede dejar a un lado en estos tiempos la ética  política o pública. Este tipo de ética normativa se edifica sobre el buen gobernante que ha de propiciar la libertad,  la justica y la igualdad, que son principios éticos generales, en el que un buen político se puede cobijar para   hacer un buen gobierno y para vivir  de acuerdo a esos principios y en la búsqueda del bien común; este último según el filósofo Aristóteles es el fundamento de la política y va en contra de un grupo privilegiado.

La puesta en práctica de una ética política o pública no brota de un simple deseo de un líder político, sino de la relación con la virtud cívica de los ciudadanos, que como apunta Maurizio Viroli, se trata de una virtud para hombres y mujeres que quieren vivir con dignidad y sabiendo que no se puede vivir dignamente en una comunidad corrupta y que son capaces de movilizarse con el fin de impedir que apruebe una ley injusta o presionar a los gobernantes para que afronten los problemas de intereses comunes.

  Es en este contexto, que los movimientos sociales dominicanos con vocación  ética cívica no pueden dejar a un lado  su estrategia de  que la justicia  cambie su rostro de  esfinge por el rostro de la Dama con su venda, espada y balanza, la cual  no se doblega ante el poderoso caballero que es don dinero (Quevedo).
En este aspecto, hay que propugnar por cambiar el sistema de justicia  dominicano carcomido por la corrupción en todas sus instancias,  como es el caso del poder judicial: Suprema Corte de Justicia, Juzgado de Paz y la Corte de Apelación.  Para tales cambios es necesaria una cumbre entre los principales sectores sociales del país y en el cual la política partidaria no contamine tal proceso. 
Es  sobre   estos y otros derechos  que los ciudadanos dominicanos deben librar su cruzada en   los entramados de las redes virtuales y reales del ciberespacio y el espacio social. 

La virtud cívica de los  ciudadanos dominicanos ha de orientarse y empoderarse en el plano de lo político y lo ciberpolítico, sobre la base de  exigirles a los gobiernos de turno, a los partidos y movimientos con vocación de poder, que no se preocupen por la ética del sujeto, sino que gobiernen bien, que cumplan con sus promesas de  justicia,  igualdad,  libertad y el derecho a una vida digna, que cumplan con el código  de ética pública.

La  Ley No. 120-01  que instituye el Código de Ética del Servidor Público de República Dominicana del 20 de julio del 2001, contiene un conjunto de principios como  el de la honestidad, la justicia, el decoro y  la vocación de servicio. Estos son parte de los principios fundamentales que tienen que ser puesto en práctica por los funcionarios públicos dominicanos. Pero durante estos 15 años de existencia del código de ética pública  los líderes políticos que han llegado al poder del Estado solo han mostrado  musarañas sobre el cumplimiento de dicho código.

 Este código de ética pública  se encuentra sintetizado en  la creación de la Dirección General de Ética e Integridad Gubernamental (Decreto 486-12, de fecha  21 de agosto 2012), que dice que el funcionario ha de  rechazar dádivas, regalos, incentivos o beneficios privados, de manera personal o a través de intermediarios, para beneficio propio y  que han de presentar la declaración jurada de  bienes a más tardar  a los 30 días de  asumir el cargo. 

Hay que comprender que la ética va de la mano con la política, siempre que hay un buen accionar político, que no sacrifique a la sociedad, al sujeto en el presente  con reformas fiscales, préstamos, bonos soberanos, en aras de una mejor vida en el futuro, que en el fondo son una secuencias de calamidades y nuevas reformas, nuevos préstamos y bonos soberanos, que nos dejan entrampados entre el infierno y el purgatorio, mientras los políticos reformadores viven del paraíso fiscal  entre la impunidad y la corrupción.
Tampoco significa que el político no tenga  ciertos comportamientos morales, pues todo sujeto vive bajo una moral imperante y se rige por determinados códigos morales con relación a la sociedad, a la familia y a la institución en donde trabaja. No hay ser humano amoral, solo la naturaleza, los animales, que no entran en la relación lenguaje, sujeto, discurso, poder y sociedad, carecen de estos códigos. Es  de ahí que el político puede presumir de una ética de la responsabilidad (Max Weber, La política como profesión) de la cual carece una franja de los líderes políticos dominicanos,  al vivir una política al desnudo, sin “fe”, vaciada de contenido ideológico social, de una propuesta programática, impregnado de puro pragmatismo y con una pasión de lucha permanente del poder por el poder, para beneficio económico grupal dentro del partido. Dicha franja de políticos ni si quiera muestran un  simulacro  de “la ética de la convicción” (Weber).
El problema es que estos códigos legitiman grupos, viven para el grupo no para la sociedad, el sujeto ético en sentido amplio, aboga por el bien común, en que la honestidad, la justicia, la responsabilidad, la dignidad, libertad, igualdad y solidaridad, trascienden el carácter grupal  e implican la sociedad, el mundo de las redes sociales y el ciberespacio. Sin descartar que un determinado momento este sujeto ético participe en un proyecto político, verlo con buenos ojos, siempre y cuando dicho proyecto apunte hacia la consecución de una ética política o pública,  que en parte va  acorde a la ética ciudadana (ética de responsabilidad y de convicción) que lucha por el bien común.





6 comentarios:

Compromiso con una nueva ética en la sociedad dominicana dijo...

Tomando en consideración la afirmación planteada por Merejo (2016) de que cada sujeto ético va construyendo su vida y en ese construirse va dejando un legado de valores en lo familiar y lo social. La sociedad dominicana actual presenta una panorama complejo, el cual no solo depende de la inequidad distributiva que genera pobreza material, sino que se han derrumbado los patrones de comportamientos más moralistas y heroísmo que sirven para modelar una socioética para las futuras generaciones.
Por el contrario se han elevado los antivalores como estándar de éxitos. Y la pregunta obligatoria es ¿que tan comprometidos están los científicos sociales para aportar a una ruptura de este patrón vicioso?

Compromiso con una nueva ética en la sociedad dominicana dijo...

Tomando en consideración la afirmación planteada por Merejo (2016) de que cada sujeto ético va construyendo su vida y en ese construirse va dejando un legado de valores en lo familiar y lo social. La sociedad dominicana actual presenta una panorama complejo, el cual no solo depende de la inequidad distributiva que genera pobreza material, sino que se han derrumbado los patrones de comportamientos más moralistas y heroísmo que sirven para modelar una socioética para las futuras generaciones.
Por el contrario se han elevado los antivalores como estándar de éxitos. Y la pregunta obligatoria es ¿que tan comprometidos están los científicos sociales para aportar a una ruptura de este patrón vicioso?

Rossinely Pérez Reyes dijo...

Saludos
Según la afirmación de Merejo (2016) de que cada sujeto ético va construyendo su vida y en ese construirse va dejando un legado de valores en lo familiar y lo social.
Estoy totalmente de acuerdo unos de los principales legados son las de los padres, madres o tutores que si nos formaron en valores, principios y normas que debemos seguir como sujetos y centrada al civismo, podremos ser sujetos éticos capaces de aportar o contribuir para una sociedad honesta, responsables, solidaria y pacifica.

MUNDO NOTICIAS dijo...

Por. Rafael Orlando Arias Arias
En su articulo de opinión, el profesor Andrés Merejo inicia su articulo expresando que "la ética como disciplina de la filosofía que estudia la moral, implica el sujeto ético, el cual se construye en valores y en estilos de vida". Expresa que "cada sujeto ético va construyendo su vida y en ese construir va dejando un legado familiar y social".
El fundamento basico del articulo en cuestión,radica en enfatizar la manera de llevar un buen vivir orientada a la vida en sociedad. llevar un camino de realizaciones positivas para la familia y la sociedad. Yo lo interpreto con unsimil de un ingeniero que construye una autopista que servirá para las pertsonas desplazarse para visitar familiares amistades y también para el transporte de bienes para la alimentación , medicina u otros para la subsistencia del ser humano, no para hacer competencias de velocidad que provoquen muertes. Así como el ingeniero deja ese legado ,el sujeto ético deja un legado en valores de tipo moralcomo el respeto, la tolerancia, la solidaridad, el amor al projimo entre otros. Además, señala los elementos que dene estár presentes en un politico al llegar al poder; la justicia, la igualdad, el respeto y, en sentido general, el bien comun.Agrega que los filosofos Aristoteles y Platón situan "el valor ético de la justicia como edificadora del quehacer politico, ya que no tendría sentido la politica sino persiguía la obtencion de la justicia". Con este concepto deja claramente establecido que la justicia es el pilar principal de un poder politico, esto, debido a que la justicia abarca todo el ambito de las instituciones de dirección del estado.
En conclusión, el profesor Merejo, plantea que debemos empoderarnos como sociedad , exigir nuestros derechos, aspirar a tener una sociedad más justa,más equitativa, con oportunidades para todos, donde vivamos con dignidad. No una sociedad de elites , en la que un grupito sempiterno , de familias tradicionales siempre están al acecho para repartirse el pastel bajo la complacencia de los politicos de turno.Esa es gran parte de la historia dominicana.Eso sucede mientras dejan en la miseria a las grandes mayoría.
Es ese el sentir , la base del sujeto ético y del politico ético.Vivir para dejar un legado de conductas éticas basadas en valores.

María Mireya Candelario Quiroz dijo...


Este artículo el maestro Andrés Merejo lo introduce abordando un concepto de ética, dice que como disciplina filosófica estudia la moral y que implica al sujeto ético, el cual se construye en la sociedad mediante su estilo de vida y los valores, en ese proceso deja su legado cultural tanto en la sociedad como en su círculo familiar.

Del mismo modo, argumenta sobre las buenas costumbres y el buen vivir, reflexiona en cuanto a nuestra interacción con el espacio y el ciberespacio; menciona el proyecto del sujeto político, el cual es por y para el poder político, representado en el Estado y sus instancias, también de cómo la amistad en este campo está sujeta a una coyuntura política y a la obtención de beneficios personales, en ese sentido citó algunos ejemplos de la vida política dominicana.

Resalta que al político no se mejora con una pela de ética, citando a Sabater menciona que le “caería bien un baño de ética”, pero que no se le puede exigir que tenga una ética del sujeto. Destaca también, que al político dominicano no se le puede situar dentro de la ética del sujeto, sino en un sujeto que resuelva problemas y cumpla promesas.

En conclusión, este artículo llama al empoderamiento ciudadano en cuanto, a servir de vigías de los sujetos políticos, a practicar una ética cívica desde nuestro papel en la sociedad, y de esa forma velar por el cumplimiento de las promesas hechas por los políticos en sus campañas electorales.

Unknown dijo...

Un cordial saludo a cada lector.
El maestro Merejo ha escrito este artículo basado en la realidad, además de los criterios filosóficos citados, estoy en total acuerdo con lo escrito por el maestro. Entiendo que la ética es un asunto de vida, ya que además de que tiene que ver con la formación recibida por nuestros padres, engloba la honestidad, lo cual no permite que hagamos algo antiético y si lo hacemos, el cargo de conciencia no nos deja en paz.

En cuanto a la ética política, es un tema muy extenso. Aunque tenemos un código de ética al servidor público y un departamento anticorrupción, solo se le puede dar seguimiento ante la justicia a aquellos que han cometido dicho acto, ya que los mismos funcionarios tienen a favor algunas brechas establecidas en los códigos, en el sentido de que por el hecho de no cumplir con lo prometido en política no lo hace condenatorio en justicia, aunque si de forma moral ante algunos ciudadanos, sin embargo, aún así reciben el apoyo aún sea involuntario.

Bendiciones!
Gloria Wanda Carrasco, participante de la asignatura ética profesional (Sab. 7 AM-10 AM).